Parte 9: Recibiendo noticias

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Por el bosque de las Islas Hirvietnes, se veía que alguien estaba caminando por un solitario camino entre los arboles que lo rodeaban.

De cerca, se veía que se trataba de Lilith Clawthorne, quien tenia un semblante de tristeza en su rostro mientras tenia su taliamigo a la mano.

La actual líder del Aquelarre del Emperador tenia la cabeza sumamente metida en lo que había pasado hace apenas el día de ayer, y sentía que caminar por el bosque le iba a hacer bien con tal de poder pensar bien en que iba a pasar a partir de ahora.

El que Eda ya supiera acerca de lo que realmente paso con respecto a su maldición cambiaba todo en mas de un sentido, y ademas de eso también pensaba en lo que su hermana le dijo ayer en el área del Aquelarre de Curación.

...

-Después voy a arreglar cuentas contigo.

...

El recordar aquellas palabras le era mas que suficiente para entender que e problema entre ella y Eda aun estaba lejos de tener alguna especie de final, si es que realmente lo llegase a haber.

-Ah, aun así no me puedo rendir, no ahora. -dijo Lilith con cierto pesar en su voz.

Sin embargo, en ese momento sintió que algo estaba empezando a vibrar dentro de un bolsillo de su ropa, por lo que lo saca y ve que es comunicador por lo que activa y ve que se trata de Kikimora, la asistente del emperador Belos.

-Kiki, ¿que pasa? -pregunto Lilith al ver a la mencionada.

-Lilith, te necesito aquí ya, todos los demás guardias ya están en posición por el castillo, el emperador te necesita ahora aquí. -dijo Kikimora con total seriedad al otro lado de la linea.

Con lo que estaba escuchando de parte de la pequeña demonio, la bruja de cabello oscuro solamente atino a quedarse callada puesto a que si el emperador la quería ver de manera inmediata, debía ser algo muy grande lo que llego a pasar para que así sea.

-¿Que fue lo que ocurrió? -pregunto Lilith con clara seriedad en su tono de voz. 

-Solo digamos... que nuestro trío de maravillas se ha revelado. -termino de decir Kikimora con un tono sombrío. 

En ese momento, Lilith solamente atino a abrir sus dos ojos a mas no poder, y luego no tarda en hacer usos de su taliamigo para subirse al mismo y así irse volando con rapidez hacia el castillo del emperador.

Sin embargo, algo de lo que la mujer no se llego a percatar, era de que alguien la estaba vigilando desde unos arbustos y, solo fue hasta que se retiro de esa zona del bosque que dicha figuras salieron, eran tres de una estatura algo baja y cubiertas por capas con capucha cada una.

Una de ella, a pesar de tener cubierto el rostro por la capucha de su capa, se veía que de la misma sobresalían un par de mechones de cabello anaranjado, y sus ojos se encontraban al descubierto, mostrando así que eran de un brillante color dorado ambos.

-Vaya, con lo estirada y estricta que se ve, no cabe duda de que de ella saliste tu hermanita, jeje. -dijo con algo de burla la de ojos dorados al voltear a ver a la que estaba a su izquierda.

Dicha encapuchada, parecía tener la mirada algo baja pero, al alzarla se deja ver que sus ojos son de color aguamarina y, se alcanzaba que parecía tener el ceño fruncido ante el comentario de la de ojos dorados.

-Mejor no digas nada, al menos ella si tiene buena reputación, no como la bruja de la que fuiste creada. -dijo la de ojos aguamarina que volteo a verla con la misma mirada burlona, haciendo que la de ojos dorados solamente atine a sacarle la lengua a ella.

Unión por el dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora