Veo en los horizontes los choques de las noches y los días, todos bailando en la quietud de las arenas como familia reunida, de pronto, notamos como sol y la luna pendientes de nuestros actos mundanos y sin significado, celosos de brindar el amanecer de un mes cálido y no experimentar su calor y su sombra. Ciegos al brindar sus actos puro de amor a los desdichados de la carne, que procedieron en el primer zapateo del año venidero.
Enero, mes donde ambos mantenemos nuestra inocencia intacta. Sonrisas llenas de cariño, en los brillos de nuestros iris solo denota el cariño paterno heredado en velos blancos que darán calor en el frio de lo venidero.
Febrero, mes donde la primera mancha se posa en nuestros zapatos, el contacto no para en el balance de nuestra improvisación. Avanzamos en el abucheo de la superstición sin dudar que el peligro se acerca, pero las almas cantando nos guían en giros de preparación repentina, la fiesta continua y el corazón late en adrenalina severa, y nuestra sonrisa disfrazo el miedo a lo desconocido.
Las mareas azotaron los bordes de nuestra seguridad, rogo clemencia, rogas con furia y tristeza y los primeros indicios de pánico llegan. Los astros esperan el desenlace de tanto ruido y las olas no dejan escuchar el llanto de miedo de los niños hechos adolescentes, aun cuando ya lo sabían, marzo tiende a expresar rudeza por los que se inician su camino de furia. Que vida tan costosa, las olas se llevan la ilusión en la inocencia, para dar paso a la madurez repentina.
Que el zapateo continúe, que tu vestido se vuelva celeste en tristeza. Pequeño varón, conviértete en hombre y sigue zapateando y siente el dolor de una buena vida. Los callos y los años son tan similares, pero no tienes la edad suficiente, detente cruel abril, que el camino se detenga para brindar descanso para los recién ingresados.
Querida madre, detén el reloj que ya no soporto el tic tac. Entre suplicas y quejas, no notas la belleza de tu señorita, pequeño llorones, antes retoños de la luna y estorbo para el sol, ahora marcados en su primera prueba de un ferviente mayo que los volvió de ilusionados infante, a la clara lucidez de un adulto.
Nuestra deuda no termina, y ahora lejos de la inocencia y con el recuerdo de cientos de pasos que nos hicieron avanzar, solo nos teníamos el uno al otro. Despertamos tarde, nuestra familia es nuestro enemigo, pero es preciso sonreír. Sonriamos mi linda dama, sonriamos para que este doloroso traje se deshaga para regresar de donde nunca debimos irnos.
Los gemelos juegan con sus falsos regalos, su carne aun es firme y sirve para ambos. Arreglan el vestido de la desdichada y la camisa roja del caballero a quien no se le permite llorar. Entre sanas competencias, junio y julio quieren llevarse la delantera en la conclusión de este conjunto de emociones reales y risas fingidas. Sin embargo, siempre termina en oscuridad, cuando agosto entra en escena para llevárselos con su mano empoderada, abriendo pasos a sus misterios y adivinanzas.
Tres esencias que tienen algo en común, no quieren que se pierda el amor. Unidos en la carne, pero separados en espíritus, las adivinanzas los hacen vivir en la mentira de su palabra, para no recibir el peso de la realidad del camino que les esperaba cruzar. Después de todo, las fantasía nacida de una mentira, suele ser un buen efecto placebo para calmar el grito de la verdad.
Que pesadez se carga el renegar el avance del tiempo, que cansado fue denotar que estamos más que exhaustos, tú no te rindes, pero yo lo estoy pensando en este momento. Solos contra un disperso mundo que aleja la oportunidad de sentir el calor de una sonrisa, pero ahora dime. ¿Por qué este año me impide el decirte cuanto te amo?
La sordera se da lugar en el camino de septiembre, no oyes mis palabras, pero sientes mis gritos en mi silencio. Ángel encantadora, no puedo caminar con el problema de la incertidumbre, pero en tu ceguera seré los ojos que alguna vez alumbraron mi espíritu. Avancemos sin vacilar, y convirtamos la mueca de la tragedia en la comedia sutil que nos ofrece el infame regalo de una sonrisa traviesa.
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Relatos de la muerte, sueños de la vida.
Short StoryLa vida y la muerte, nacieron brindando una infinidad de perspectivas en los grandes genios y los eruditos, que iban en búsqueda de una verdad. ahora, permíteme guiarte un poco en ese camino enseñándote aquello que ignoras con temor, pero que ayudar...