Todavía desnuda, y puesto que no se le permitía el uso de ropa durante los cinco días siguientes, Anahi se contempló en el espejo de cuerpo entero alojado dentro de la choza grande que compartía con otras cuatro novatas, más tres mujeres que habían trabajado antes en una o dos excursiones en la isla.No podía creerlo, pero su nueva amiga Elizabeth había tenido razón. Realmente parecía una mujer diferente con maquillaje.
—Wow.
Elizabeth se rió entre dientes cuando se paseó delante de ella.
—Te lo dije. —Le sonrió abiertamente en el espejo—. Estas magnífica, Any.
Anahi se mordisqueó el labio inferior.
—¿Piensas que debería utilizar un alias aquí? Quiero decir, ¿y si alguien de la universidad dice...?
—Francamente, yo no me preocuparía por eso —le aseguró la morena escultural.
—Nadie aquí se atrevería a decir una palabra porque si no, en primer lugar, tendrían que confesar donde te vieron. —Se acercó a su lado y comenzó a aplicar un bálsamo con sabor a los labios de Anahi con el dedo índice—. Confía en mí. Ninguno de los hombres que vienen aquí arriesgaría así su cuello. —Ella sonrió abiertamente—. ¿Estupendo, verdad?
Anahi resopló, dándole la razón cuando recordó al hombre que la había lamido la noche anterior. Ella juntó sus labios y saboreó el bálsamo.
—Mmm. Sabe a coco.
—Sí, a mí me encanta. —Elizabeth aplicó el bálsamo a sus propios labios y los lamió—. Es casi como un combinado de piña.
—Hablando de combinados de piña, ¿conseguiremos alguna vez algo de descanso y tiempo para relajarnos durante los siguientes cinco días? —Ella sonrió—. Ya sabes, ¿algo de tiempo lejos de los hombres para estar solo con las chicas cuando estés harta de ser sumisa?
Elizabeth se rió entre dientes mientras se aplicaba aceite de coco en los pezones. Después le pasó el pequeño frasco a Anahi para que lo usara, mientras ella comenzaba a aplicarse la crema perfumada.
—Definitivamente. Esta noche, cuando todas las barras interiores se cierren a las tres de la mañana, tendremos una posibilidad para relajarnos. Eso es muy agradable. Igual que los masajes, te ayuda a prepararte para la gran noche de mañana.
Anahi asintió. En la Choza de Instrucción le habían enseñado con velocidad cómo se trabajaba en la excursión de cinco días. Esta noche, la primera, la regla principal era no tener sexo. John permitía a los clientes tocar y acariciar a las mujeres, pero nada más. Sheri lo había llamado Día de Caricias, y había explicado con una sonrisa que cuando a la tercera noche los hombres rondaran alrededor, estarían tan desesperados por los servicios femeninos que pagarían precios extra fuertes por el placer de tenerlos. Pero a Anahi no le preocupaba el dinero. Ella quería sexo.
La ponía nerviosa pensar en esa noche, pero también la esperaba con más ilusión de lo que había esperado nada en su vida.
—¿Qué pasará en el segundo día? —preguntó Anahi mientras impregnaba con el aceite de coco sus pezones.
—El segundo día es el Día de Exploración —le recordó Elizabeth mientras se inclinaba en el espejo para aplicarse el rimel—. Durante el Día de Exploración los hombres compiten en cierto modo como en una feria estatal. Todos los premios de competición son mujeres, nosotras —clarificó ella—. Los días tres, cuatro y cinco se llaman Días de Sumisión —siguió ella—. Durante el tercer día te dan a cualquier amo que haya pagado el precio más alto por ti en la subasta y serás suya hasta que la excursión haya terminado.
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Suya (Ponny)
FanfictionAnahi Puente quiere experimentar la sumisión sexual a un hombre por una vez en su vida. Dado que tiene una reputación de profesora sosegada y aburrida, nadie en su trabajo de la universidad sospecha nada cuando firma un contrato para trabajar durant...