Corto.
Sin sentido.
Y temas demasiados serios, más situación diferentes con cada pilar (algunos)No tuvo más opción que tirar la puerta cierto pilar, la preocupación había aumentado demasiado por lo que su única opción fue realizar cierta acción, cuando tiro la puerta logró adentrarse en aquella finca para buscar al oji-azul, una sorpresa se presentó cuando lo vio tirado.
— ¡Tomioka!
Trato de llamarlo mientras se acercaba rápidamente a aquel, estaba totalmente... ¿Herido? Logró observar la katana la cual poseía algo de sangre, estaba seguro que el pilar del agua no había ido a una misión anteriormente ya que no había salido de la finca, pues no tenía mucho tiempo de que este se hubiera retirado de ese lugar.
Se acerco al pelinegro para poder cargarlo y llevárselo a la primera habitación que encontrara, vaya sorpresa fue cuando entro al cuarto de aquel, no le tomo demasiada importancia el lugar por lo que solo lo coloco en el futón con mucho cuidado para así buscar ciertas cosas que le podría ayudar para que dejara de derramar sangre, aunque al principio se le dificultó, al final término encontrando unas vendas en la cocina, por la cual quería quedarse mejor con la duda que preguntar ello.
Unos minutos después, el pelinegro había dado señales de vida, cosa que hizo alegrar y calmarse al pilar de la llama, por lo que se acercó un poco más a aquel arrodillado para no hacer mucho ruido.
— Me da gusto saber que despertaste, por un momento pensé en acudir a Kocho pero recordé que te desagrada la finca mariposa.
Comentó esta vez en palabras suaves, no quería perturbar al contrario con palabras muy fuertes como era de su costumbre en aquel, en el momento de hablar ya que siempre levantaba su voz, sin embargo, esta vez no lo hizo.
— ¿Qué... Qué sucedió?
Ahora esta vez fue la pregunta del ojiazul, quien había llamado la atención del otro pilar presente, por lo que cierra sonrisa que el pilar de la llama poseía había desvanecido por completo, no recordaba muy bien lo que había sucedido... Lo único que su mente lograba alcanzar a recordar, era la katana que poseía en su mano.
El de cabello amarillo con puntas Rojas, simplemente se levantó donde estaba sin decir, palabras, solamente fue el silencio algo extraño en aquel, dejando de esta forma al pelinegro con una confusión, no tan elevada.
— Iré a preparar comida así que descansa ¡Yo me haré cargo de la finca!
Después de haber comentado ello el pilar de la llama para así salir de la habitación completamente, se dirigió a la cocina, para así empezar a tomar cualquier cosa demasiado filosa y esconderlo, dejó simplemente dos cuchillos para la cocina ya que sabía con perfección que no se necesitaría tener más de siete cuchillos, al menos que cada uno tuviera una utilidad diferente, cosa que iba a ser claramente una mentira.
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Por cada pétalo. Sanegiyu - Hanahaki
RandomNadie pensó que aquella enfermedad existiera, pocos lo creían como mito y otros ni sabían que llegaba a existir, pues estaba resguardado en pequeños libros. Aunque, aquel pilar no tuvo una buena suerte, y más, que aquellos primeros síntomas se hici...