2 de agosto
Brisas cálidas, un poco calientes, donde Eros toca a los gusanos que se convierten en mariposas, orgasmos con alas que revolotean en mi estomago, haciendo un tejido con la imagen mental de los hombres más hermosos que he visto, deseando a cada uno de ellos de una forma única. Amo mi cuerpo, un templo Dionisiaco.En algún momento de nuestras vidas, la realidad se enfrenta cara a cara con nosotros. Es inevitable. La verdad, imperturbable, siempre acaba emergiendo, y no hay refugio capaz de ocultarla. Pero el peor engaño de todos es aquel que nos hacemos a nosotros mismos, tratando de esconder la autenticidad de nuestra orientación sexual.
Durante mucho tiempo, me envolví en mentiras, tejí una telaraña de autoengaño para no defraudar a aquellos que me rodean. Y ahora, en este instante, mientras los hilos se deshilachan y mi verdadero ser se despliega ante mí, el proceso se torna doloroso, insoportablemente doloroso. Ahora comprendo que no hay pecado más grande que traicionarse a uno mismo.
Cuando llego a casa, mi padre yace en la sala, acompañado por mi hermano Samuel. Sus maletas, revelan su reciente regreso. Él estudia la arrera que mi padre eligió para él, en la ciudad vecina, una más grande e independiente. Siempre ha sido un alma dócil, obediente, aferrado a los dictados de nuestro padre. Samuel es de esos seres que prefieren ceder a negarse.
Yo, por otro lado, siempre me he considerado una criatura problemática en ese sentido. Siempre me cuestiono todo, no creo en seguir a otros sin conocer el rumbo. Si es necesario, me niego, obstinadamente, hasta que mi interior sienta que es lo correcto. Mi rebeldía, para aquellos que detentan algún tipo de poder sobre los demás, es un desafío inaceptable, una amenaza insidiosa.
-He pensado mucho sobre esta situación, y mira Daniel, eres un Acosta, y en mi familia nunca hubo alguien que tuviera una, que fuera, es...
-Se le traban las palabras, pero comprendo perfectamente lo que él quiere decir. Entonces, lo digo en voz alta, con firmeza y autoridad. - ¡Homosexual, gay!
-Exacto, nunca lo hubo y no lo habrá - dice mi padre con voz contundente.
-¿Por qué hablas como si serlo fuera un delito? - replico.-Eso es simplemente impensable.
-¿Por qué? ¿Qué pasaría si yo lo fuera?
-¡Maldita sea! No lo eres - grita mi padre, golpeando la mesa con la mano, mientras intenta controlarse.-Lo soy, y no dejaré de ser tu hijo. Seguiré siendo igual que siempre, nada en mí ha cambiado.
-Daniel Acosta, más te vale que no lo seas. Escúchame bien, no iré por ahí escuchando comentarios sobre que mi hijo es un marica.
-Solo te preocupa la opinión de los demás, no importa cómo me siento - contesto enfadado.
-No entiendes que eso es sucio y enfermo. Eres un hombre y debes comportarte como tal. Así que dejarás de escuchar música rara, practicarás fútbol todos los días, tendrás una novia, te casarás un día, tendrás hijos y olvidaremos que esta situación sucedió.
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Sobre el cielo y bajo el infierno
RomanceDaniel ha decidido escribir un diario sobre su vida intima y sus preferencias sexuales, lo que no imaginó fue que este caería en manos de sus enemigos, se veria envuelto entre su propia aceptación, el amor por Nicolas y enfrentar a quienes lo rechaz...