Capítulo 11 | Julien X

57 13 7
                                    

La consejera observó cuidadosamente a Fei Du. Por un momento había visto en el rostro del joven una complicada expresión de indescriptible fastidio, que le hacía parecer más joven y animado de lo normal. Casi se quedó un poco asombrada.

Fei Du había sido remitido a la doctora Bai hacía algunos años. Su anterior consejero había sido su shidi[1], un experto en problemas juveniles. Antes había pasado por un número desconocido de consejeros; probablemente el propio Fei Du no recordaba con claridad cuántos. Parecía simplemente una persona difícil.

[1] Normalmente se utiliza para referirse a personas de la misma escuela (en este caso estudiantes más jóvenes).

Al remitirle al paciente, su shidi, naturalmente, se había puesto en contacto con ella de antemano. La doctora Bai había querido saber qué problema había llevado a este niño a buscar asesoramiento psicológico y también por qué su asesoramiento actual no podía continuar.

"De hecho, no sé cuál es su problema", le había dicho su shidi. "Es bastante cooperativo. Si le pides que diga algo, hablará de ello. He intentado hablarle del problema de la falta de afecto durante su infancia, de la desafortunada muerte de su madre, etcétera. No evade nada, su forma de ser es muy sincera. Cuando no tienes nada que decir a continuación, a veces incluso te pasa el siguiente tema con mucha consideración. Bai-jie, lo entiendes, ¿verdad?".

La Dr. Bai había oído rápidamente lo que insinuaba: el paciente no cooperaba.

La Dr. Bai llevaba muchos años trabajando. Había visto todos y cada uno de los distintos modos de falta de cooperación de los clientes: los que se inventan cosas durante la evaluación; los que eran forzados por sus familiares, que se empeñaban en pensar que no tenían ningún problema; los que se creían muy listos y trataban de revertir el análisis del consejero, y el proceso se convertía en una batalla de ingenio.

Un asesor psicológico no era omnipotente. Siempre habría algunas personas que, por diversas razones, nunca serían capaces de construir una relación de confianza mutua con el consejero, y el asesoramiento fracasaría al final. Estos pacientes eran remitidos a otros o abandonaban poco a poco el asesoramiento psicológico y no volvían a acudir.

Fei Du era, sin duda, un caso especial entre los casos especiales.

Pertenecía al tipo que inventaba en la evaluación inicial, y además su mentira era totalmente irrefutable. Además, era un conversador muy ameno durante las sesiones. Evadía muy poco. A primera vista, incluso daba la impresión de no tener nada que ocultar. Cuando era un poco más joven, ya era muy hábil con el autocontrol; si la conversación tocaba un tema delicado, no mostraba ni agresividad ni actitudes defensivas hacia el consejero; su respuesta emocional era directa de principio a fin.

El único problema era que era demasiado directo.

Al enfrentarse a un intenso sufrimiento, la persona más saludable y poderosa no podría mantener una calma intelectual interior de principio a fin; al fin y al cabo, una poderosa inteligencia artificial sólo necesita que le carguen las pilas; no necesita asesoramiento psicológico.

La doctora Bai utilizó innumerables métodos sin conseguir establecer un eficaz vínculo de comunicación entre médico y paciente. Sólo pudo dejar sus armas y confesar: "Mi nivel de conocimientos termina aquí. Es posible que no pueda ayudarle. Si crees que aún necesitas ayuda, puedo intentar remitirte a un consejero mejor".

No esperaba que Fei Du se negara. Además, tras más de un mes de tratamiento sin ningún resultado, como alguien con más dinero que cerebro, había duplicado la tarifa de asesoramiento, comprando las dos últimas horas del horario de la doctora Bai todos los miércoles por la tarde. Y cada vez que venía, hacía un dulce cumplido: "Me siento muy a gusto aquí con usted. Me está ayudando mucho". —Si la doctora Bai no pensara que tenía edad suficiente para ser su madre, era posible que se llevará una impresión equivocada y sospechara que este playboy venía a intentar ligársela.

Mo Du | Lectura Silenciosa | Silent ReadingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora