[ 𝙏𝙍𝙀𝙎 ]

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Chan soltó un largo suspiro; llevaba horas trabajando en la misma canción, pero su mente estaba dispersa y no podía concentrarse por más que lo quisiera. Era viernes por la noche y la semana había sido muy ajetreada; habían tenido algunas grabaciones y horarios nocturnos con preparaciones para el siguiente comeback. Ni siquiera había podido dormir bien y tampoco había podido encontrarse con Minho a escondidas, así que sí, la tensión se había acumulado nuevamente en su cuerpo.

Tocaron la puerta y, por un instante, la emoción lo invadió, pero la desilusión lo golpeó cuando el cachorro atravesó la habitación. Sonrió de lado, tratando de disimular su desgano, y lo vio sentarse en el sofá.

—Te ves terrible —comentó, sacando el móvil de su bolsillo.

—Oh, gracias, Seungmin —dijo sarcástico, regresando la vista a la pantalla.

—¿Quieres ir a cenar? —preguntó desinteresado.

—Sí, sí, está bien —asintió sin siquiera verlo—. Esperemos a los demás; seguro que Binnie quiere ir por algo de pasta.

—Pensaba que podríamos ir solo nosotros dos… —se puso de pie—, pero olvidé que tengo algo que hacer, así que mejor me voy.

El rubio se dio la vuelta y vio la puerta cerrarse rápidamente; le pareció un poco extraño aquel comportamiento. Sin embargo, más tarde hablaría con él; ahora solo podía tener la mente enfocada en una cosa: terminar esa maldita pista. Su móvil comenzó a sonar dos horas después; era una llamada del maknae.

—Hola, bebé.

—¿Hyung, todavía sigues en la empresa? —dijo al otro lado de la línea.

—Así es, estoy trabajando en algo —comentó, apoyándose en el respaldo de la silla.

—Minnie no ha vuelto a casa y me preguntaba si no está contigo.

—Me dijo que todavía tenía cosas por hacer —se levantó de su lugar velozmente—. ¿Trataste de llamarlo o…?

—No responde; por eso estoy preocupado —suspiró afligido—. Los demás no lo vieron desde la práctica y Minho hyung tampoco está aquí… Ya es tarde; deberían haber llegado hace un largo rato.

—Tranquilo, iré a buscarlos —intentó calmarlo—. Estoy seguro de que se quedaron practicando y por esa razón no contestan.

El australiano colgó la llamada y tomó su mochila para colocar sus cosas dentro; luego salió de la habitación, cerrando la puerta con llave. Se sentía un poco culpable por no haberle prestado atención al cachorro; quizás lo necesitaba para hablar o había algo más detrás de ello. Observó la pantalla del teléfono y vio que ya eran las dos de la madrugada; Seungmin ya debería estar en el dormitorio. No era común que estuviera merodeando por la empresa a esas horas, y eso lo preocupó aún más.

—Minnie, por favor —susurró nervioso.

La ansiedad se estaba apoderando de su cuerpo y no pudo evitar pensar que algo malo le había sucedido. Los pasos se volvieron cada vez más rápidos y corrió hacia el ascensor; debía revisar la sala de práctica. La espera le pareció eterna, pero finalmente pudo llegar al subsuelo y salió nuevamente del elevador para correr por los pasillos. El silencio reinaba en aquel sitio y sentía que esa no era una buena señal, aunque todo cambió cuando empujó la puerta y pudo verlos.

𝙏𝙀𝙉𝙎𝙄𝙊𝙉 / 𝘾𝙃𝘼𝙉𝙃𝙊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora