Suena la alarma a las ocho de la mañana y Christian se encuentra nervioso sin saber qué ponerse para el primer día de escuela en su nuevo hogar. Finalmente se decidió por una camiseta negra simple con una sudadera de un grupo de pop que tanto le gustaba. Con paso firme, Christian se dirigió hacia la cocina, donde sus padres lo esperaban con una sonrisa alentadora.
–¡Buenos días, cariño! –saludó su madre mientras preparaba el desayuno—.
¿Listo para tu primer día de escuela?
Christian asintió con una mezcla de nerviosismo y asustado. Aunque apreciaba el apoyo de sus padres, había comenzado a cuestionar sus decisiones y su capacidad para brindarle una vida mejor. Eran muchas las expectativas que tenían para él pesaban sobre sus hombros, y sentía que tenía que demostrarles que había servido abandonar su vida en Suiza.
Después del desayuno y unas últimas palabras de aliento, Christian se despidió de su madre y salió con su padre llevándolo en una bici. La brisa fresca del otoño acariciaba su rostro, y podía sentir una mezcla de emoción y ansiedad mientras adentraba en la nueva vida.
A medida que pasaban por las calles, Christian se sentía cada vez más asustado. El ruido de las conversaciones alegres y las risas lo rodeaban, pero no se acostumbraba a todo aquello. Dudaba de su capacidad para encajar en este nuevo entorno y comenzaba a cuestionarse si sus padres habían tomado la decisión correcta al mudarse.
Al llegar a la escuela, Christian bajó de la parte trasera de la bici de su padre y se encontró con el grupo popular de la escuela. Observó a su alrededor, buscando algún indicio de amabilidad o alguien que pudiera comprender su situación. Sin embargo, cada rostro parecía ajeno y distante.
–Ey tu, pequeñajo de la sudadera 'rara' –dijo un chico del grupo popular.
Christian se sobresaltó por la repentina llamada de Kevin. Intentó disimular su nerviosismo y preguntó. ¿Perdona me estás llamando a mi?
¿Ves a alguien más con una sudadera rara? –preguntó Kevin burlándose.
–No es rara, es de mi grupo de pop favorito –respondió tímidamente Christian.
Kevin se mira con su grupo y todos empiezan a reírse a carcajadas. –¡Mirad qué niño más gracioso tenemos aquí! –exclamó aún recuperándose de la risa.
Finalmente llegó la directora de la escuela y salvó a Christian del grupo de Kevin, Kevin Berger. Los Bergers son una familia rica de la zona de Alesund que siempre han abusado del poder ya que tienen dinero.
ESTÁS LEYENDO
Destino entre países
RomanceUn niño llamado Christian emprendió una nueva historia en un país desconocido porque sus padres querían brindarle una mejor vida, pero se encontró con un gran conflicto: el bullying.
