Capítulo 2: Un Encuentro Inesperado

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Christian

Gracias a la intervención de la directora, pude dirigirme hacia el interior de la escuela acompañado de la directora, quien me guió hasta mi aula. Ya estando dentro del aula sonó el timbre y todos los chicos se sentaron en sus sitios, una vez calmado el alboroto, la directora tomó la palabra.

–Este es Christian el nuevo chico que os acompañará en este nuevo curso. –dijo la directora con mucho entusiasmo. Vamos Christian, presentate a tus compañeros.

A pesar de estar muy nervioso, intente presentarme de la manera más natural posible –Me llamo Christian Brunner, vengo de Suiza encantado. –dije con timidez.

–Siéntate ahí Christian. Soy Freya y seré tu tutora durante este curso encantada. –me responde la profesora Freya, señalando un asiento libre al lado de la ventana, en la penúltima fila.

Me dirijo hacia el asiento mientras los chicos cuchicheaban entre ellos. Al lado de mi asiento, se sienta una chica con cabello rubio preciosa y en sus manos sostiene un libro que me llamó la atención.

–Hola, soy Christian. –saludo tartamudeando.

–Ya, lo dijo la directora. –me respondió fríamente.

–Ya...¿Y tú cómo te llamas? –pregunte, ya que la chica no me devolvió la presentación.

Se giró hacia mí, pero no dijo nada y volvió a ponerle atención a su libro. Finalmente, respondió sin despegar el ojo de las páginas. –Ingrid.

–Bonito nombre. –le respondí estando un poco incómodo.

Las clases transcurrieron sin ningún problema y llegó la hora del descanso. Decidí ir hacia los pasillos de los clubes, ya que vi el club de lectura al entrar en la mañana. En el camino me encontré nuevamente con Kevin y su grupo.

–Vaya, vaya, mira a quién tenemos aquí. El niño nuevo que viene en la bici de su papá. –dijo con un tono burlón.

–Tengo nombre, me llamo Christian. –reclame con un poco más de valentía que antes.

–No me importa cómo te llames...

–Pero dejalo en paz Kevin. –escuché una voz femenina detrás de mi, interrumpiendo lo que Kevin iba a decir.

Me giré y resultó ser Ingrid, quien se dirigía hacia el club de lectura.

–No te metas en esto Ingrid. –gruñó Kevin.

–La directora me encargó que cuide al chico nuevo, así que aparta, que vamos al club. –le respondió Ingrid mientras me tiraba del brazo derecho.

Finalmente, llegamos a la puerta del club de lectura. –Gracias por salvarme. Te devolveré el favor. –dije agradecido.

–Únete al club entonces. –surgió Ingrid.

–¿Como? –pregunté un poco confundido.

–Que te unas al club. –respondió señalando el cartel de la puerta.

Solté una risa involuntaria.

–¿De que te ríes? –pregunta frunciendo el ceño.

–No te enfades. De todas formas, iba a unirme al club, solo que me encontré con Kevin y luego me salvaste. –respondí, recuperando el aliento tras la risa.

Destino entre paísesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora