meet him (pt.2)

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Se quedó pasmado mirando hacia la puerta de su casa. Cuando reaccionó, fue a su cuarto y buscó algo cómodo para salir. Con un chándal y una sudadera, salió corriendo a la casa de Jeno, pensando en que preguntarle o que hacer al llegar.

Tocó el timbre - Jeno? ábreme porfavor, soy Jaemin. Te encuentras bien? te fuiste corriendo y me asustaste. Dime qué estás bi...-

Se abrió la puerta, un brazo lo empujó con fuerza hacia dentro. Una ráfaga de calor y olor a menta con chocolate amargo lo atacó desprevenido. Sentía la nariz de Jeno pasarse por todo su cuello, mientras dejaba pequeñas marcas que no durarían mucho.

-A-ah, Jeno... -intentó alejarlo, fallando en el intento. Jeno sólo gruñó y se apegó más a Jaemin, mordiendo más fuerte que las otras veces.

- Mío. -dijo con otra voz, una un poco más grave pero más aterciopelada que su voz normal. Probablemente la de su lobo.

Se quedó quieto, sin saber que hacer. Intentaba hacer de todo para poder hacer que Jeno volviera. Estaba empezando a calentarse y a sentir algo líquido bajar por sus pantalones. Soltó un gemido silencioso, lo suficiente alto para que Jeno lo escuchara y gruñera fuerte, haciendo que Jaemin se estremezca, para después ser cargado por Jeno, mientras esté seguía repartiendo besos, mordidas y lamidas por todo su cuello y parte de las clavículas.

Sintió como Jeno empezó a andar. Fue dejado con suma suavidad sobre una cama.

- Omega, puedo? -miró con deseo y lujuria a Jaemin-

- Jen... -asintió lentamente, para después sentir a Jeno devorándolo con la boca sin intenciones de parar.

✨✨✨✨

Despertó. Brazos apretándolo por la cintura. Totalmente desnudo y sudado, contra otro cuerpo fuerte y bien trabajado.

Intentó levantarse. Esos brazos lo atrayeron más hacia el otro cuerpo, junto un gruñido.

- Omega, mío, aquí -gruñó Jeno, una vez Jaemin se volvió a tumbar, escondió su cabeza en el cuello de éste, comenzando a olfatear por todos los rincones.

- Nono... por favor, déjame ver a Jeno, lobito -le agarró de las mejillas, haciendo que lo mirara, sólo recibió un gruñido como respuesta y la cabeza volvió a su sitio.

Suspiró, acercando más la cabeza de Jeno hacia él, acariciándola con cariño.

- Jaemin...? -ronroneó Jeno por las dulces y suaves caricias que el omega le brindaba- que haces aqui?, estoy en celo, tienes que irte antes de que...

- Nono, ya ha pasado, estoy bien, no me voy a ir, vale? -juntó sus frentes y frotó sus narices con una pequeña sonrisa.

- Jaemin, por favor, vete... no deberías estar aquí igualmente, seguro que no te duele algo? perdón si fui, bueno, si mi lobo fue muy bruto contigo, espero que él salga otro momento pero para disculparse. Perdoname en serio, intenté detenerlo, pero no me hacía caso, yo... perdón Jaemin, perdóname por favor -se sentó en la cama, sintiéndose la persona más miserable, agarrándose la cabeza con ambas manos.

Jaemin se acercó a él, pasó lentamente sus brazos por su abdomen y su cuello. Dejó varios besos suaves, haciendo un camino desde la parte alta de su espalda, su nuca, y su cuello, dónde besó más veces.

- Nono, ya pasó, vale? no me importa, me pidió permiso y yo dejé a tu lobito feroz, entendido? -dijo con voz queda, voz suave en su oído.

Oyó a Jeno ronronear y lo vió asentir con cierta pena.

- Me puedes dar una sudadera al menos, mi vida? no quiero estar en bolas al aire, que vergüenza -dijo riendo

Jeno pensó, sonriendo, Omega bonito, con bonita risa.
Se levantó y se puso ropa interior y un pantalón de chándal, abrió su armario y me dio a Jaemin la sudadera más grande.

- Gracias -sonrió y se puso su ropa interior, después la sudadera. Le llegaba casi a las rodillas- parece un vestido, pero me gusta, es calentita -miró a Jeno sonriendo.

Se acercó a él, pasó sus brazos por su cuello, Jeno pasó sus brazos por su cintura, acercándolo más hacia el, para después esconder su cabeza en el cuello del omega, olfateandolo y dejando suaves besos.

- Jen, puedes llevarme a la cocina? tengo hambre y estoy seguro que tú también -le levantó la cabeza y se quedó mirándolo. Le robó varios besos seguidos y luego sonrió, tan feliz cual niño pequeño.

Agarró a Jaemin de la mano y le ayudó a llegar hasta la cocina, lo acorraló contra la encimera.

- Nana... todavía no se ha terminado mi celo. Tienes una media hora hasta que mi lobo vuelva, tienes tiempo para irte -lo miró fijamente.

- Nono, deja de preocuparte vale? Lo que pasó pasó, y si pasó, fue porque yo lo permití -sonrió hacia Jeno y le dió un beso en la mejilla- ahora tu y yo tenemos que hablar -se puso serio derrepente.

𝑬𝒍 𝒄𝒐𝒍𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒔 𝒖𝒏𝒆 | Nomin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora