CAP 1. LA PAZ Y LA CALMA ANTES DE....

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El albino caminaba rápido por la calles de Yokohama quería, no, mas bien, tenía que llegar rápido si no quería que Kunikida le regañara.

Al entrar en la Agencia se percato de que todo estaba normal. Kunikida teniendo su "rutina" de estrés por no poder hacer que Dazai hiciera su trabajo y por tener que reehacer su ideal por la 5ta vez en el día, Yosano estaba viendo NCIS (le encantaba ver el como y el porqué de las muertes), Rampo estaba "comiendo" dulces junto a Karl, Kyoka estaba en una misión así que no estaba presente. Los hermanos Tanizaki juntos hasta más no poder.

Si sus vidas dependieran del espacio personal, estos dos ya estarían bajo tierra, obviamente en el mismo ataúd. Y por último, ni siquiera intento buscarle mucho pues ya se hacia una idea de donde podía encontrarce el culpable que que a Kunikida le comenzarán a salir canas. 'Bueno ¿y si me quedo sin mentor?' pensó Atsushi

Como era usual el albino saludó a rey mundo y todo el mundo con su sonrisa única, cálida y sincera. En solo unos pasos Atsushi ya se encontraba en frente de su escritorio con una pila de papeles que perfectamente un empleado normal (y no sobreexplodado como era el caso de Atsushi) hubiera hecho en mínimo dos meses pero este era Atsushi, el único e inigualable.

"Mocoso" Dijo Kunikida

"Digame Kunikada-san"

"El presidente nos llamó a una junta dentro de 2 horas... no faltes y no llegues tarde" Haciendo énfasis en la última parte de la frase

"Si claro Kunikida-san no llegaré tarde"
Dijo el albino con una sonrisa

Así pasaron 2 horas de trabajo exhaustivo para el albino y no solo para el, sino para Kunikida también

"Mocoso ya vamos a la sala de conferencias" Dijo Kunikida, ya encaminado hacia esta

"Si Kunikida-san voy"

Atsushi se levantó de su espacio de trabajo para dirigirse a la sala de conferencias. En esta ya estaban todos excepto el suicida compulsivo. Verle allí o en cualquier reunión en general, era pedirle demasiado

Las puertas de la sala se abrieron dejando ver a aquel hombre que dirigía la Agencia de Detectives Armados Fukuzawa Yukichi o mas conocido como 'el persidente'

"Buenos, días agentes" Dijo Yukichi mientras tomaba asiento en la silla que se encontraba en el centro de la mesa

Todos se levantaron de sus lugares y saludaron con una reverencia al presidente

"Buanos días" dijeron todos al unísono, excepto cierto ojiverde con boina

"Bien, pueden tomar asiento"

Y así fue

"Muy probablemente se preguntaran que estamos haciendo aquí, déjenme explicarles los detalles"

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¡Gracias por leer!

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