001

211 9 2
                                    

Me quede tieso al ver las luces rojas y azules parpadeando detrás de mi, porque no había forma posible de que pudiese explicar lo que había en la parte trasera de mi camioneta. Me detuve, conteniendo la respiración mientras el sheriff se acercaba a mi ventana.

"Hola. ¿Algo va mal?" Mi tono era todo inocencia mientras rezaba para que no notase nada extraño en mis ojos. Contrólate. Ya sabes lo que pasa cuando te enfadas.

"Si, tienes un faro trasero roto. La licencia y el registro por favor."

Mierda. Debió de ocurrir cuando cargaba la camioneta. En ese momento, la velocidad había sido esencial, no la delicadeza.

Le entregué mi verdadera licencia, no la falsa. Movió su linterna hacia delante y hacia atrás, entre la identificación y mi cara.

"Jeon Jungkook. Eres el hijo de Jeon Soyeon, ¿Verdad? ¿De los Jeon de Cherry Orchard?"

"Si, señor." Dije educadamente y con suavidad, como si tuviese todo el tiempo del mundo.

"Bueno, Jungkook, son casi las cuatro de la mañana ¿Qué haces fuera tan tarde?"

Podria decirle la verdad acerca de mis actividades, excepto que no quería que me encerrasen indefinidamente. O una prolongada estancia en una celda acolchada.

"No podia dormir, así que decidí dar una vuelta."

Para mi asombro se encaminó a la parte de atrás de la camioneta y la iluminó con su linterna.

"¿Qué tienes aquí?"

Oh, nada inusual. Un cadáver bajo unas bolsas y un hacha.

"Bolsas de cerezas de la huerta de mis abuelos." Si los latidos de mi corazón sonasen más fuerte, lo ensordecerían.

"¿De verdad?" Con su linterná empujó un bulto del plástico. "Uno está goteando."

"No te preocupes." Mi voz era casi un chillido. "Siempre gotean. Es por eso que las llevo en esta vieja camioneta. Manchan el fondo de color rojo."

Me inundó el alivio cuando dejó sus exploraciónes y regresó a mi ventana.

"¿Conduces a estas horas porque no podías dormir?" Había una mueca de complicidad en su boca. Su mirada se posó en mi camisa de seda y en mi despeinado pelo. "¿Crees que me voy a creer eso?"

La insinuación era evidente y casi perdí la calma. Él pensaba que me acostaba con cualquiera. Una acusación tácita colgó entre nosotros. Justo como tu madre, ¿no? No era fácil ser hijo ilegítimo en una ciudad tan pequeña, la gente siempre estaba en tu contra. En la sociedad actual, no tendría importancia, pero en Licking Falls, Ohio, tenían su propio conjunto de normas. Eran arcaicos como poco.

Con gran esfuerzo contuve mi ira. Mi humanidad tendía a despojarse como una piel desechable cuando me enfadaba.

"¿Podríamos simplemente guardar esto entre nosotros, Sheriff?" Le dije con una mirada inocente. De todos modos, estaba intentando persuadir a un tipo medio adormecido "Prometo que no lo volveré a hacer".

Se toqueteó el cinturón mientas lo consideraba. Su gran barriga tensaba la tela de su camisa, pero me abstuve de hacer comentarios sobre su gordura o el hecho de que olía a cerveza. Finalmente, sonrió, mostrando un diente torcido.

"Vete a casa, Jeon Jungkook, y pon un faro nuevo."

"¡Sí, señor!"

Aturdido por mi indulto, giré rápidamente y me marché. Había estado muy cerca. Tendría que ser más cuidadoso la próxima vez.

La gente se quejaba por tener padres haraganes o secretos familiares. Para mí, ambas eran ciertas. ¡Oh!, no me malinterpreten, no siempre había hecho lo que hacía ahora. Mi madre, la única otra persona en el secreto, no me lo dijo hasta que tuve dieciséis años. Crecí con habilidades que los otros niños no tenían, pero cuando le preguntaba sobre ellas, se hacia la enfadada y me decía que no quería hablar de ello. Aprendí a guárdame las cosas y ocultar mis diferencias. Para todos los demás, simplemente era raro. Sin amigos. A quién le

Medio Camino a la Tumba - #1 - KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora