Atrapado por Cupido

Fiesta privada, o no tanto

Los tres bajaron al sótano, a por la comida restante para la fiesta, mientras que Arlet cocinaba unos cupcakes. Ya solo faltaba una hora y media para que la fiesta comenzara, debían preparar todo rápido, los invitados comenzarían a llegar en poco tiempo.

- ¿Dónde está mi hermano?- dijo de repente Sebastián.

- Creo que salió hace varios minutos, supongo que fue a comprar algo.-  Le respondió Jade sin dejar de recoger bolsas de patatas fritas y refrescos.

- ¿Alguien me reclama?- dijo de repente Brad mientras se escuchaban las pisadas  de sus zapatos caros.-

- ¡¿Que mierdas es eso Brad?!  Papá y mamá dijeron que nada de alcohol, asique ya van guardando eso en tu habitación, yo no quiero tener nada que ver con todo eso que lleves ahí.-

- Tranquilo, no se van a enterar, no están aquí, asique, no tienes por que preocuparte.- dijo Brad con un cigarro en la mano.

- ¿Brad que estas fumando? A parte, mamá y papá se enteran de todo, y ya sabes como se pone mamá cuando hacemos cosas que están prohibidas.

- Relájate, ¿Queréis un cigarro?- de repente se hizo un silencio durante unos segundos, hasta que se escucharon unos tacones bajar las escaleras hacia el sótano.

- Yo probaré uno.- todos la miraron sorprendidos.

- ¡¿Que haces Arlet, estas loca?!- le dijo Leo, aún con la cara de sorpresa estampada en la cara.

- Querido Leo, la vida esta para probar cosas nuevas, no me voy a morir por un simple cigarrillo, además tampoco estamos juntos realmente, ¿no? Así que, ¿Acaso te importa lo que haga? Brad, ¿Me lo das ya o te lo quito?

- ¡Esa es! además, ¿Por qué tanto revuelo chicos? Solo son simple cigarrillos, no penséis mal.-

- Entonces me tomare un poco de eso que has traído, ¿Dónde están las copas Sebastián?-

- ¿Veis? ella si que sabe divertirse- Dijo Brad con una sonrisa pícara.

Justo en el momento que Brad terminó de hablar, comenzaron a llegar los invitados, y Sebastián puso algo de música, rápidamente pasaron dos horas, pero nadie estaba cansado ni se había ido a su casa. Había gente bailando, otros comiendo y bebiendo, otros haciendo mejor no saber que en el baño...
Leo estaba exhausto, así que, se dirigió a la mesa de la comida, buscando algo delicioso, y ahí encontró los cupcakes preparados por Arlet, siendo sinceros, si que se le daba bien la repostería. Leo supuso que Jade y Arlet se encontrarían por ahí, pero no estaban. Las buscó por casi toda la casa, pero nada, solo le faltaba mirar en los baños, cuándo se dirigía camino al último de los baños que le faltaba por mirar, alguien le tocó la espalda.

- ¿Qué haces Leo? ¿Tienes ganas de vomitar?-

- No, no es eso, pero...-

- ¡Pues entonces vamos a bailar!-

- Bueno, está bien.-

Volvió a pasar otra hora, y entonces fue cuando Leo divisó a Jade y Arlet sentadas en el sofá, hablando como si fuesen amigas de toda la vida.

- Holaa Leoo ¿Qué tal esta mi millonario favoriiito- dijo Arlet con una sonrisa en la cara.

- ¿Estás borracha?-

- Noo, no he bebido nadaa, te puedes creer que mi amiga Jade no ha querido beber ni una sola gota de alcohol, seguro que tu quieres, toma bebe un poco.-

- No gracias, tengo que conducir después, y no creo que quieras que choque el coche y tengamos un accidente.-

- No tienes que preocuparte por eso mi amor, Jade y yo regresaremos andando.-