Al terminar la presentación, Leo pensó que le pudo haber salido mucho peor, aunque estuvo leyendo todo y trabandose, él creía, que como siempre, era el mejor.
A Jade no le importaba ya que la nota individual, y ella no tenía preocupaciones sobre si lo hizo bien o mal.Mientras los demás alumnos salían a presentar sus trabajos, Jade estaba anotando algo en su cuaderno, Leo intentó observa lo que su compañera anotaba, pero no logró leer nada.
- ¿Sabes que está mal hurgar en las cosas de los demás, no?-
- Si perdón, es que me causa curiosidad que escribes en esa agenda o diario.-
- Es una libreta bobo, estoy anotando las cosas para el baile de primavera, ya que me han nombrado para ser la representante.-
- Ahh entonces allí nos veremos supongo. -Dijo Leo
- Si tristemente, ojalá no tuviera que verte.-
- Claro ¿y por eso te quedas embobada mirándome no?-
- Si claro, deja de soñar despierto, ahora si me dejas tengo que terminar con mis asuntos.-
Leo sabia que Jade escondía algo más aparte de lo del baile, pero no sabía como descubrir que era aquello que su compañera no le quería contar.
De repente, se escucho al señor Albern hablar, y comenzó a repartir las notas a cada uno en voz alta.
- Evelyn, un 7; Sebastián, un 6; Jade, enhorabuena, un 9; y por último Leo, no es de esperar tu nota, un 4.
- ¿Cómo? ¿Un 4? ¡Pero si lo he hecho mejor que todos los demás!-
Toda la clase se echó a reir hasta que el señor Albern les mandó a callar.
- Mira señorito Hills, no estoy de humor, asique o se conforma con el 4 o le pongo un 0. -dijo el profesor malhumorado-
- Cómo si en algún momento estuvieras de humor.- murmuró Leo.
- ¿Que has dicho Leo?-
- Nada nada, que me parece estupendo el 4.-
Al sonar el timbre todos recogieron sus cosas para irse a casa, después de lo de la ultima clase, Leo no le dirigió la palabra a Jade, se sentía muy enfadado y humillado por lo que le había hecho su compañera y ya no tenía tantas ganas de conocerla.
Al salir del edificio, Leo se sorprendió, su limusina despampanante no se encontraba allí como normalmente. Rápidamente metio la mano en el bolsillo para llamar al conductor, pero no encontró su móvil. Miro en todos los bolsillos posibles pero no consiguió encontrarlo.
-¡Ey Leo! -
- Hola Sebastián, me pillas ocupado en este momento.- Sebastián era uno de sus poquísimos amigos de verdad, por no decir el único.
- ¿Que te pasa?-
- No encuentro mi móvil, no es que me importe tanto perder un móvil ya que tengo más móviles en mi casa, pero es que lo necesito ahora mismo para hablar con mi padre.-
-Ahh, me suena haber visto un móvil hace rato, podría ser tu móvil el que está cargando en clase?-
Leo no se despidió de Sebastián, simplemente se fue corriendo a clase, incluso se chocó con un par de alumnos de otros cursos.
Cuando llegó a clase, su móvil estaba ahí, y Jade se encontraba junto a él.
- ¿Buscas esto?- preguntó Jade burlona-
Leo simplemente pasó de ella, ya que aún estaba un poco enfadado por lo de clase de física y química.
Al acercarse a coger su móvil, Jade se apresuró y lo cogió antes, vacilando a Leo.
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Atrapado por Cupido
RomanceLeo un chico de 16 años, ya tiene todo su futuro muy bien planeado, terminaría el bachillerato e iría a la universidad más cara que pudiese, con la fortuna de sus padres, se podría permitir lo que quisiera, y en cuánto se graduase, sería un abogado...