Luego de los días en el hospital para saber cómo estaba Bakugo luego de el nacimiento de sus cachorros ya los doctores le dieron el alta a el menor. Agradeció por mandato de su esposo a la mala gana y el pelirrojo ayudo a su marido a acomodar las cosas en el bolso una vez más.
El menor se encontraba cargando a sus gemelos entre sus brazos con tanto cariño que parecía que era primera vez que sonreía con emoción por algo. Hideki sollozaba porque ya se había acostumbrado a el calor del cuerpo de su padre, quería que lo cargará entre sus brazos y lo arrullara. Por otro lado Taro estaba tranquilamente mirando a su padre con un ligero ceño fruncido.
– Ya está. – Anuncio el mayor con una sonrisa de oreja a oreja por poder tener a sus bebés en casa junto a su esposo. Sus afilados se veían resplandecientes en la habitación que compartía el rubio con sus bebés.
– Entonces vámonos, y deja esa sonrisa de idiota. – Bufó ocultando un ligero sonrojo entre los bebés que tenía entre sus manos.
– Jaja, vámonos mi vida. – Sonrió dirigiéndose a la salida junto a su esposo y sus pequeños bebés. El mayor llevaba la maleta y el menor a los dos niños pequeños.
Entraron al auto deportivo luego se salir del establecimiento y con mucho cuidado dejaron a los dos bebés en unas pequeñas cunas para justamente este tipo de viajes que el alpha había comprado, el pelirrojo puso la llave en la cerradura del auto y encendió el mismo para que esté comience a rodar en sus cuatro ruedas. Después de unos minutos después de trayecto ambos llegaron a su destino, su hogar. El que ahora compartirían con dos pequeños más. Cargaron a los dos bebés que estaban en el asiento de atrás en sus respectivas cunitas junto a el bolso y entraron a la casa. Ambos herederos de la familia Kirishima Bakugo se encontraban totalmente fundidos en los brazos del Dios Morfeo. El menor fue a dejarlos en sus cunitas las cuales compro el mayor con el consentimiento de su chico. Luego de estar totalmente seguro de que estaban dormidos fue nuevamente con su alpha.
– Eijiro, ¿No quieres ir a descansar? – Pregunto llendo hacia el antes de envolverlo en un abrazo lleno de cariño, algo raro en el.
– Oh, no, no... Por ahora solo quiero besarte un poco, no e podido desde hace un buen tiempo.– Admitió uniendo ambos labios en un sonoro beso empezando el chapoteo tan conocido para ambos.
Eijiro metió las manos bajo la camisa que llevaba el rubio cenizo empezando un vaivén de caricias en su cadera. El menor soltó un suave gemido ante el tacto de sus manos en su cuerpo, acarició con suavidad la espalda de su esposo antes de apegarlo a el. El más alto lo cargo en brazos dirigiéndose a la habitación con rapidez. Estaba totalmente ansioso. Lo soltó sobre la cama antes de correr a la ducha para buscar en el cajón de cosas personales un lubricante de sabor a almendras junto a un paquete de condones. Muchos condones que planeaba usar la noche de hoy. Salió de el baño llendo hacia su esposo...
El cual se encontraba poniéndose su pijama con tranquilidad.
– ¿Q-que haces mi amor? ¿No íbamos a tener sexo? – Pregunto con sorpresa antes de dejar las cosas sobre la mesita de noche que descansaba al costado de su cama.
– ¿Eh? ¿Estas malditamente loco Eijiro? Acabo de dar a luz hace tres días. Dame algo de tiempo. Aún me duele mucho. – Dijo llendo hacia la cama matrimonial que compartían para poder recostarse dejando escapar de sus labios un largo suspiro.
– ¡Hgm! ¿Ni siquiera me darás una mamada para bajar esto? – Apunto hacia su erecto con algo de indignación en sus palabras.
– Tal vez mañana. Ahora acuéstate cariño. – Agrego dando suaves palmadas en el lado vacío de la cama.
– Ugh, no puede ser.– Murmuró luego de acostarse en la cama envolviendo a su esposo en un cariñoso abrazo con algo de irritación. Cayó redondito en el juego de el menor.
– Jaja. Descansa idiota. – Río suavemente victorioso antes de recargarse en su pecho cerrando sus ojos cayendo en un profundo sueño.
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Al día siguiente los rayos del sol empezaron a entrar por las ventanas de la habitación. Algo totalmente fastidioso para el matrimonio, rápidamente comenzaron a divisar el llanto de sus hijos. Se levantaron apresuradamente corriendo a la respectiva habitación en la que estaban ambos bebés llorando. Llorando con desesperación.
– Oh, por el amor de Dios. – Exaltó el mayor llendo hacia sus herederos cargandolos uno por uno. Primero Hideki y luego Taro.
– Dios mío, pensé que había sucedido algo por la manera en que lloraban. – Cargo a Taro en sus brazos antes de comenzar a meserlo. Al notar que no se calmaba supuso que tenía hambre. – ¿Debería darles de comer? – Preguntó.
– ¡Claro que sí! Estoy ansioso por ver eso. – Sonrió con brillo en sus ojos.
– Tks, eres un pervertido. Esa leche es solo para los niños. – Musitó antes de levantar su polera llevando a su hijo a su pecho. El niño miró por un momento a su padre y luego unió sus labios con el pezón de este empezando a succionar.
– Entonces si puedes amamantarlos desde ahí. – Dijo con asombro.
– Si, duh.– Murmuró mientras veía como su hijo comía con tranquilidad.
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Holam, perdón pero no tenía imaginación al hacer este capítulo, además acá por donde vivo SON LAS 4 AM Y YO AQUI JAJJAJAJA
En fin, cositas q pasan 😻
Total de palabras: 1004.
Y en la imagen q se ve en la portada ps la saqué d tiktok, ahí c ve el nombre por si la quieren ir a ver.
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En espera ♡︎. || Kiribaku || Omegaverse ||. +18 (EN PROCESO.)
Любовные романыUn matrimonio está esperando poder procrear un/a heredero/a, pero todos sus intentos son en vano ¿Que podrán hacer? ¿Alquilar un vientre? ¿Darse por vencido? No lo sabemos aún, pero si quieres saber que sucederá entra a esta historia. - Capitulos d...