CUATRO

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Pasaron diez días en los que las autoridades no les daban información sobre absolutamente nada acerca del cachorro o sus padres

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Pasaron diez días en los que las autoridades no les daban información sobre absolutamente nada acerca del cachorro o sus padres. Habían ido ya tres veces a la comisaría, habían preguntado ellos mismos en el hospital si había algún registro, si se sabía algo. Incluso le hicieron pruebas de ADN al niño, pero no había nada en los registros de ingreso al hospital, y todavía estaban revisando los registros de nacimientos, pero no tenían muchas esperanzas en encontrar algo.

Era como si no existiera rastro de él o su familia.

—Tienes que acoplarte a ese alfa demente si te vas a quedar aquí unos días más —le dijo Harry al niño que habían comenzado a llamar «Leonard». Este lo veía con ojos grandes llenos de brillo y una enorme sonrisa, claramente ajeno a todo lo que sucedía alrededor. Ajeno a Louis enojado porque las autoridades parecían tomar como un juego todo ese asunto—. Míralo —dijo, tomando al bebé de la periquera que su alfa y él habían comprado el día anterior—, va a hacer un agujero en el piso. ¿Y viste cómo se jaló el cabello? Quedó todo despeinado. Creo que se arrancó un poco —observó con algo de preocupación—. Cuando seas grande no hagas nada de lo que veas a este alfa hacer, por favor.

El bebé soltó una risita. A Harry le pareció como si él también se estuviera burlando de las acciones de Louis. No era como si Harry minimizara lo que su alfa sentía, ni que en realidad se burlara de él, sino que simplemente la manera en que lo externaba no era la más adecuada, desde su punto de vista. ¿Por qué? Porque, uno, no resolvía nada; dos, se molestaba más debido a que se peleaba con objetos inanimados; y tres, a veces se lastimaba. ¿Qué seguía? ¿Pegarle a la pared como alfa cavernícola? Como Harry lo veía, su alfa no debía estar lejos de eso.

—Lou, ven aquí —pidió.

Louis lo vio con ojos cansados, Harry notó que bajo el azul de su mirada brillaba también el enojo.

—¿Quieres hablar sobre algo, alfa? ¿Estás bien? Yo estoy bien con esto —dijo, a pesar de que no era la verdad absoluta. Sin embargo, era importante darle esas palabras a su alfa, no le gustaba que se sintiera mal—. No... no es lo que habría imaginado o querido, pero estamos bien, tenemos que tener paciencia y mantener la calma.

Louis suspiró con cansancio, y Harry supo que no quería hablar del tema.

—¿Has pensado en lo que dijo la pediatra? —preguntó para no centrarse en sus problemas directos.

Harry se tensó. Cuando Louis había llevado al cachorro a un chequeo, le contó que la pediatra le había comentado que la leche de fórmula no era suficiente para el correcto desarrollo del infante. Louis no le comentó a la mujer en qué situación ese bebé había llegado a sus brazos, prefirió decirle que era adoptado y que su omega no estaba ahí porque se encontraba enfermo —cosa que no era mentira del todo—. No había sido la mejor idea, sin embargo, porque la pediatra le había dicho que la lactancia inducida sería un buen camino que tomar.

—No... No lo he pensado a fondo —respondió el omega, y aunque sus palabras eran mentira, prefería no hablar demasiado sobre ello. No volverlo real.

balmy autumn breeze ¡! aboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora