Caricias

49 3 2
                                    


Cuanto extraño tus manos sobre mi pelo rizo oscuro, diciéndome lo mucho que me amas.

Yo solía dormirme por las tardes, en aquella vieja camada tuya y al despertar, me veía acostada sobre tu pecho, mientras acariciabas mi espalda al descubierto.

Nunca se me olvidará aquella vez, que me invitaron a una fiesta, y tuve miedo de ir sola. Me dijiste que me acompañarías y luego te irías por que querías que pasara tiempo con mis viejas amigas.

Entramos en aquella fiesta, cuyo lugar estaba repleto de gente de todo tipo.

Siempre me ha dado miedo  la aglomeración y eso lo sabías.

me senté en una silla en la esquina del local, donde el ruido no era tan escandaloso.

De repente, mi cuerpo comenzó a sudar frío, mis pies hacia movimientos impropios en mi, mis manos estaban temblando , mis ojos estaban mirando de un lado a otro, mientras que tu, tan observadora como optimista, te sentaste conmigo. Y me dijiste que te quedarías conmigo, mientras me abrazabas y me dabas besitos en mi pequeña cabezita. Y me decías que todo saldría bien, que tan solo era ansiedad social.

Mi pequeño ÀngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora