Capitulo Dos

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Capitulo Dos: ¿Una cita?

Después de aquella pelea el rubio había puesto en marcha el plan que se le ocurrió apenas llegar a el taller de Harry

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Después de aquella pelea el rubio había puesto en marcha el plan que se le ocurrió apenas llegar a el taller de Harry.

Y ahora se encontraba buscando entre la multitud de gente, en aquella carrera clandestina, alguna cara de aquella pandilla de la cual tenía que investigar.

[...]

—¡Hey Ari!, Ese de ahí... ¿no es tu querido príncipe azul?

—¿Príncipe azul?

—Si linda, ya sabes, rubio y de ojos bonitos.

Le respondió Jesse señalando a aquel a quien describía.

—¿Qué se supone que hace aquí?—Le comentó León a la chica.

—No lo sé, no sabía que corría.

Y sin más la chica camino en dirección a aquel hombre de ojos azul.

—Lindo coche rubio.

Le habló la chica, logrando que este reaccionara a su voz volteando rápidamente en su dirección.

—No sabía que te iban estás cosas.

Le volvio a comentar la chica acercándose a él lo suficiente como para que con solo susurros se escucharán.

—Bueno puedo ser una caja de sorpresas.

—Ya lo veo, dime, ¿Competirás?

Más sin embargo antes de que esté le pudiera responder dos chicos llegaron a su lado interrumpiendo su conversación.

—Pero miren quien está aquí, ¡Ariadna Toretto!— Grito Héctor logrando así atraer las miradas de todos aquellos que se encontraban cerca para después gritar hacia la mencionada.

—Héctor, ¿qué tal amigo?

—Ari dime por favor que vas a competir, necesitamos un poco de diversión aquí, chica.

—Lamento decepcionarte pero por hoy paso.

—¡Vamos chica!, Necesitamos adrenalina y de aquí tú eres la única que puede emocionarnos.— Le habló ahora Edwin.

—Estoy segura que Dom puede ayudarlos con eso chicos.

—Pero Dom no está aquí.— Contestó confundido.

—No coman ansias chicos, llegará pronto, por ahora los dejó, estoy segura que Jesse debe estar necesitandome.

Se despido de ambos chicos lista para irse pero claro no sin antes acercarse al rubio.

—Suerte intentando ganar a mi hermano, rubito.

—¿Cómo es que...

Le interrumpió la chica.—Demasiado obvio, por cierto, ¡Héctor!.—Le gritó la chica, llamando la atención del mencionado y de la gente a su alrededor.—Hoy tú serás el tesorero, así que, segúrate de apostar en mi nombre 500 dólares a favor de Dom.

Rápidos y Furiosos: ¿Una carrera? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora