Las dos marionetas daban pasos veloces por el vecindario, Frank era sorprendentemente rápido, la cabeza de Eddie estaba llena de dudas en ese momento. El chico gris solo pensaba en la chica de pelo rubio, realmente tenía miedo
—A todo esto frank ¿Porque es raro que Julie no venga por helado?— exclamo Eddie, sabía que su amiga podía llegar a ser muy infantil, algo como ese dulce seguro que sonaba increíble para ella. Frank se detuvo un momento de su rápida caminata y suspiro
—Probablemente sabrás que Julie es mi amiga desde hace ya varios años, le encanta contar esa historia— sonrío Frank, haciendo una pequeña pausa en su relato, no estaba seguro de decirle a Eddie, más por alguna extraña razón algo en ese cartero lo empujaba a sentir confianza. El chico pelirrojo miraba atentamente, ambos estaban parados en el centro del vecindario, el viento les llegaba suavemente
—Te contaré mientras caminamos— dijo Frank recordando la razón principal por la que había abierto la boca. Ambos chicos iban recorriendo el lugar juntos, esta vez con menos velocidad, el títere plomo comenzó a hablar de nuevo
—Cuando recién nos conocimos, yo era algo tímido, tenía miedo de absolutamente todo lo que me rodeaba— Frank dejo escapar un suspiro de nostalgia, esos tiempos fueron tan desagradables para el, al menos tuvo un pequeño rayo de luz entrando a su vida
—Julie nunca cuenta esta parte de la historia, porque siempre se le olvida. Niega que realmente paso, pero digamos que tengo mejor memoria que ella— Frank dirigió sus dedos a la cíen y empezó a negar con la cabeza sonriendo, Eddie dejo escapar una pequeña risa mientras sus pies se movían al compás de los de su compañero
—Un día me encontraba parado frente a un camión de helados gigante, como a cualquier niño me hacía mucha ilusión conseguir uno, más me daba mucha pena pedirle al señor algo— Frank seguía caminando junto con Eddie mientras hablaba, sus manos se movían conforme iba contando la historia
—Estuve a punto de irme, vencido por la pena, pero entonces llego ella— el títere gris dejo escapar una pequeña sonrisa, recordando aquel lindo momento como algo muy importante
—Una niña gritona que llevaba persiguiéndome días en la escuela apareció, se paró en un pequeño banco rojo que cargaba con ella y ordenó dos helados de algodón de dulce— El peli negro río un poco al recordar lo que seguía de la historia
—Y entonces me vio, salió corriendo como una bala hacia mi y empezó a hablar, a hacer preguntas sobre todo, se veía emocionada de verme ahí. Tenía algo de miedo, lo admito, realmente Julie era alguien muy aterradora para mi, sentía que sería otro chico más de los que me hacían bullying en la escuela— suspiro, mostrando una pequeña mueca
—Vi como el camión ya empezaba a moverse, por lo que no alcancé a pedir mi helado. Me puse algo triste, Julie volteo y se dio cuenta de lo que había pasado— Frank hizo una pequeña pausa antes de continuar
—Entonces me ofreció uno de sus helados, resulta que ambos eran para ella, le encanta el helado— Frank se rió y el cartero igual, realmente le parecía algo que haría su amiga completamente
—Nunca había probado ese sabor, metí la primera cucharada a mi boca y sabía horrible— mintió el títere gris, siempre le daría pena admitir que su sabor de helado favorito era el de algodón de azúcar, creía que lo verían muy infantil
El recuerdo pasó fugazmente por su cabeza, como agarraba la pequeña cuchara y dirigía lentamente la bola de helado hacia su boca, temiendo que fuera a saber bien. Se acordó de la dulce sonrisa que mostró luego de comprobar que ese era y sería su sabor de helado favorito, Julie lo veía emocionada, había logrado hacerlo sonreír, el solo río con ella y le empezó a hablar. Pero claro, eso era algo que no le contaría al cartero
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Beautiful Dreamer (Frank x Eddie)
Romance« -A veces hay que dejar volar la imaginación, dejar a los sueños dominar tu mente -el chico gris sentía el pasto con sus dedos, mientras veía como poco a poco esas nubes iban formando algo nuevo -Entonces eso es el amor -dijo el cartero, vió hacia...