Eddie se sentó en el pasto, incorporándose rápidamente y sonrojado comenzó a temblar
—Entiendo si es muy pronto, yo no debí decir eso, dios que estúpido —dijo el cartero, tenía sus grandes manos entre su cara, la pena lo carcomía
Por el otro lado Frank seguía tirado en el suelo, mirando a las estrellas y sonriéndoles porque habían concedido su deseo
Eddie miraba preocupado entre sus dedos como el chico gris aún no se incorporaba, solo veía al cielo nocturno con una expresión que no podía describir debido a la oscura noche que lo rodeaba
—Si —soltó Frank
—¿Si qué? —preguntó Eddie, había olvidado por los nervios lo que le había preguntado, su mente estaba dispersa
—Si quiero ser tu novio tonto —río Frank ahora si incorporándose lentamente y sentándose al lado de este, el corazón del cartero no hacía nada más que palpitar lleno de emoción, había logrado lo imposible con solo algunas palabras
Pero Frank termino de sorprenderlo
—No suelo ser cursi, ¿sabes? Nunca lo he sido con nadie. Hace mucho tiempo había perdido mi sonrisa y razón para vivir, ya no había luz y no me permitía ser feliz, el miedo me perseguía día y noche hasta que un día una estúpida rubia decidió enviar una carta con cientas de estrellas —hizo una pequeña pausa para sacar un pequeño origami que guardaba siempre en el bolsillo trasero de su pantalón, tomándola entre sus dos manos y sonriéndole al papel
—Y después de eso, una chispa revivió en mi, esas ganas de vivir, mi mundo tomó sentido —dijo mirando a los ojos del cartero, el cual ya empezaba a sacar lágrimas pequeñas de sus ojos, nunca nadie le había dicho algo tan hermoso, no sabía que podría significar tanto para una sola persona, y el simple hecho de que ese alguien fuera alguien que amaba con toda su alma hacia el evento más importante para él
—Me salvaste Eddie —terminó de decir, igual con algunas juguetonas lágrimas saliendo por sus ojos entre sus pequeñas risas
El cartero se paró de golpe y levantó a Frank con sus manos, haciéndolo girar mientras saltaba y daba vuelas en círculo, el chico gris se limitaba a reír y a llorar con sorpresa
—No sabes lo mucho que te... —antes de que el chico pelirrojo pudiese pronunciar alguna palabra, Frank puso su dedo entre los labios del hombre que lo sostenía
—Lo sé —susurró mientras agarraba la gran cadera de Eddie con sus delicadas manos y se aferraba a un gran abrazo, el cual fue correspondido inmediatamente
El momento parecía ser eterno, solo estaban ellos dos en el mundo, la luna que había sido testigo de toda la historia de estos muchachos alumbraba suavemente sus cabezas mientras sonreía al ver el amor que se tenían
Los grillos hacían su peculiar sonido llenando el ambiente de música, que para ellos sería la melodía más hermosa del mundo.
Los labios de Eddie recorrieron toda la parte superior de la cabeza de Frank, tratando de hacerle saber que era querido, que estaba feliz y que no se arrepentía de nada.
Esto instintivamente le recordaba al chico gris al amor de una madre, tan dulce y puro, solo que este era distinto, le daba una gran confianza, ganas de agarrar grandes alas y volar por el mundo agarrado de la mano de su amado
Ambos se sentían como si volaran por las nubes moradas que presentaba la luz nocturna
Eddie fue el primero en separarse del abrazo, viendo a su chico con los ojos más bellos del mundo, sabiendo que estos no se podrían despegar de esa mirada color miel durante mucho tiempo
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Beautiful Dreamer (Frank x Eddie)
Dragoste« -A veces hay que dejar volar la imaginación, dejar a los sueños dominar tu mente -el chico gris sentía el pasto con sus dedos, mientras veía como poco a poco esas nubes iban formando algo nuevo -Entonces eso es el amor -dijo el cartero, vió hacia...