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La siguiente semana luego de aquel extraño y confuso suceso, las recompensas para Mingyu se volvieron besos en la mejilla y toques inocentes, en ocasiones le daba abrazos con tal de hacerle sentir cómodo.

Mingyu aprendió un poco durante la semana; le enseñé a cocinar lo básico y necesario; aprendió a bordar el sofá el cual destruyó y la orca de felpa que tenia ya una aleta rora; le enseñé a colocar la ropa en la lavadora así mismo como le supliqué que empezará a utilizar ropa de humano pero solo logré que utilizará pantalones de dormir, sin nada debajo, igual ya era un gran proceso. También le enseñé a moderar su fuerza, haciendo trabajos simples como lavar los utensilios de cocina, omitiendo los platos pues estos eran muy frágiles para sus grandes y fuertes manos.

Estaba aprendiendo bien, con rabietas y quejas pero lo hacía y ante ello yo repartía besos en su rostro, caricias en su cabeza, dejaba que acunara mi rostro con su gran y peligrosa mano, le daba cortos pero cálidos abrazos y siempre le recordaba lo bien que lo estaba haciendo.

Definitivamente esto era lo que yo siempre quise desde el primer momento en el que yo quise domar.

Me encontraba tan feliz de mi progreso, aunque de parte de Mingyu no fuera así o eso me daba a entender con su rostro inexpresivo la mayoría de tiempo.

— Gracias, Gyu...— Exclamo tomando con una mano mi maleta de trabajo la cual Mingyu me facilitaba y con la otra colocandome los zapatos. Una vez listo me apoyé en el marco de la puerta principal y vi rápidamente mi reloj de muñeca, faltaban unos veinte minutos. — me retiro, nos vemos esta noche.

Estaba a punto de irme cuando siento un agarre en mi brazo, volteo desconcertado y me encuentro con un Mingyu frunciendo el seño. — Hoy no me has dado recompensa. —

— Tienes razón, ven aquí, Gyu. — Me acerqué a él, dejando un beso en su mentón. — Listo, me retiro ya...

— No. Siempre me das besos y toques simples ¿crees que no lo sé? te estás aprovechando de la situación para que yo haga todo lo que quieras sin yo recibir algo, ya he aguantado mucho... tú nunca quisiste tener sexo conmigo. — Me soltó del brazo para así él cruzarse de brazos sobre su pecho. Me acomodé los anteojos y negué levemente con la cabeza, era increíble, Mingyu finalmente lo descubrió. — Habla, no te quedes solo así, tengamos sexo ahora.

— Mingyu... voy tarde al trabajo, no puedo...

— No vayas.

— No es así de simple, entiéndeme

— No te dejaré ir si no tenemos sexo ahora mismo.

Dios, ayúdame.

¿Qué se supone que haré ahora con esta orca terca? Tengo menos de veinte minutos para llegar al trabajo y sé muy bien que cuando Mingyu actúa de esta manera es difícil hacerle entender, tenía que buscar una salida fácil.

Mientras pensaba en algo mi vista bajó de su torso desnudo hasta la entrepierna de Mingyu y fue en ese momento donde algo se me ocurrió.

— Bien, intentemos esto. Pero debes mantenerte quieto y ni se te ocurra poner una mano sobre mí o nunca más lo haremos, ¿de acuerdo?

— ¿Tendremos sexo?

— No... es algo similar — Me dejé caer de rodillas frente a él, mi cara justo frente a su entrepierna. Con una mano libre tomé el borde de sus pantalones y bajé estos. — Recuerda bien mis palabras, Gyu, no me toques, deja que yo haga todo el trabajo.

— Sí.

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— Wonwoo, te veo muy pensativo hoy ¿sucedió algo?

— No, para nada... estoy muy bien

Era hora de almuerzo, todos compartíamos una mesa para comer y descansar. Yo no tenía apetito en aquel momento ya que mi cabeza estaba repleta de pensamientos los cuales debía ordenar.

— Wonwoo es amante de los delfines y orcas, por eso el siguiente proyecto no será tan complicado para él, de eso estoy seguro ¿no es así?

— ¡No, yo no amo las orcas! — Exclame algo exaltado, todos se sorprendieron en la mesa, pues claro, no era común verme así. — Lo siento... mh, me interesa pero no tanto... perdón, tengo que ir a tomar algo de aire.

Sin más que decir subí a la azotea del edificio tras haber tomado un elevador para llevar más rápido. Fui directo a la barandilla en el borde del edificio, inclinándose un poco para así sentir el fuerte aire pegar contra mi rostro. Di una profunda respiración y exhale esta misma a los segundos.

Lo que hice en la mañana con Mingyu no fue algo lo cual debería preocuparme, simplemente traté de ser de ayuda para él, no tendría porqué pensar si hice o no algo mal.

Él no me tocó con rudeza hoy, lo cual estaba tan agradecido pero tampoco quedó satisfecho del todo.

"— Wonwoo, tengamos sexo ahora, vamos—"

Estaba insistente y lo entendía porque yo también me sentía así.

Me gustó hacerlo.

— Wonwoo, por el amor de Dios ¿hace cuánto no estás con un hombre como para pensar eso? — Me reclamé a mí mismo, tomando entre manos mi cabeza y cerrando los ojos.

" — Bien, si te portas bien hoy en la noche lo haremos—"

¿En qué demonios estaba pensando?

¿Tener relaciones sexuales con Mingyu? ¿Un hombre mitad orca el cual pronto estaría de regreso al océano? Esto es ridículo.

No quería regresar hoy a casa.

killer whale (minwon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora