Cal empacó sus pocas pertenencias y se fue de la casa de Lord Mink unos pocos días después. Podría haber elegido vivir junto con Reinold en una de las habitaciones de la parte trasera de la oficina, o mudarse en un departamento en los alrededores - de hecho, la liquidación que le dejó su antiguo empleador era más que suficiente para comprar uno respetable - pero decidió regresar a su antiguo alojamiento en el refugio subterráneo. Sin embargo, en su mayoría solo lo usaría para dormir, ya que pasaría muchas horas en el trabajo.
Le tomó algún tiempo adaptarse a su nuevo rol. Cal era muy bueno trabajando solo pero no estaba acostumbrado a colaborar con un equipo. Katze lo había dejado a cargo de todo el sector informático para poder dedicarse a otras tareas, como cultivar relaciones públicas, inspeccionar fábricas y optimizar su rendimiento, mantener relaciones estables con antiguos clientes y captar nuevos.
Sin embargo, el carácter tímido y poco dispuesto a socializar de Cal fue inicialmente un problema. Su predisposición natural por los códigos informáticos, incomprensibles para la mayoría, lo llevó en ocasiones a ser un poco individualista, a no compartir información, a menospreciar las opiniones de los demás y a aislarse. Lo que más lo incomodaba era la presencia de Reinold. Realmente no podía entender por qué Katze contrataría a una ex mascota ignorante, despistada e inexperta. Le molestaba tenerlo cerca y tendía a ignorarlo.
De lo que Cal aún no se había dado cuenta era que nada allí se había dejado al azar. Cada uno de los miembros del equipo tenía una tarea bien definida.
Cal y Katze manejaban los negocios ilícitos del mercado negro: el contrabando y el comercio ilegal. El primero lo hacía detrás de una pantalla y el segundo al frente. Sus roles eran los más lucrativos y económicamente rentables, que alimentaban todos lo demás proyectos.
Daniel era el responsable de operaciones comunitarias, con un enfoque en el programa de reintegración social de ex muebles y ex mascotas y en la reconstrucción de Ceres. Para ese último, contaba con la estrecha cooperación de Guy y otros residentes de los barrios marginales.
Reinold tenía la tarea de asegurarse de que Cal, Katze y Daniel no tuvieran que preocuparse por todo lo demás. Tomaba nota de las llamadas telefónicas, abría y cerraba la puerta principal, hacía pequeños mandados, mantenía el lugar ordenado, se aseguraba de que el refrigerador estuviera siempre lleno, preparaba comidas sencillas y, en general, trataba de estar disponible en todo momento.
Debido a su falta de experiencia y al hecho de que nunca había recibido ningún tipo de educación, incluso las actividades que para otros eran sencillas le parecían montañas por escalar. Reinold, sin embargo, estaba dispuesto y era lo suficientemente inteligente. Después de cometer innumerables errores, aprendió a alternar el trabajo con el estudio y a realizar tareas prácticas sencillas como conducir, recorrer los barrios de Midas y hacer compras.
La llegada de Cal inicialmente desestabilizó el equilibrio del equipo. No es exagerado decir que fue gracias a Daniel que lograron superar ese momento crítico.
Aunque ambos eran antiguos sirvientes de Eos, de hecho, los dos eunucos eran muy diferentes entre sí. Sus caminos habían sido opuestos. Daniel no había servido en la casa de un Blondie, no había conocido la comodidad. Para un mueble de tipo A, incluso tratar de imaginar lo que significaba ser un mueble de tipo D era imposible.
Los muebles de tipo A recibían constantes estímulos de sus maestros para que dieran lo mejor de sí, se fomentaba su capacidad de ingenio, y el esfuerzo físico que se les requería era mínimo, ya que los hogares de los Elites estaban equipados con electrodomésticos y maquinarias que hacían la mayor parte del trabajo.
Para un mueble de tipo D, en cambio, la inteligencia era perfectamente irrelevante, ya que todos los días tenía que arremangarse, soportar el cansancio y mostrarse humilde. Sus ingenios eran denigrados y reprimidos. Para sobrevivir a los estándares de Eos, los eunucos de la base de la pirámide social tenían que volverse estúpidos o fingir serlo.
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Libro2: Vivir libres de las leyes de Júpiter - Resurgir de las cenizas de Herbay
FanfictionUn Amoi libre de la dictadura de Júpiter es terreno fértil para crecer y evolucionar. Una página en blanco llena de oportunidades. Este es el segundo libro de una serie. Si aún no lo has hecho, te recomiendo que empieces a leerla por el primero: Res...