Ex - Novio

0.28

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—¡Ayúdame! — Dijo rápidamente.

— ¿Cómo? — Dijo Ayanga sin comprender.

— Secuestralo. — Dijo viendo como el idiota ese casi iba a la par de Wang.

— ¡Estás loco! — Grito asustado.

— ¡No sé! Pero haz lo que sea para que no se acerque a Yibo. — Hablo caminando hacia ellos.

— ¿Lo beso? — Dijo entrando en crisis.

— Lo que sea Ayanga. — Habló estando detrás de Wang.

— Oye Wang a dónde vamoOSSS — Fue interrumpido debido a que Ayanga lo tomo fuertemente del brazo para abrazarlo y besarlo.

— Zhan no veas. — Dijo tapando los ojos de Xiao mientras veía aquella pareja con asco.

— Tus manos son grandes. — Sonrió acariciándolas.

— Salgamos de aquí. — Dijo para llevar a Xiao afuera aún con sus manos tapando su vista.

— ¿Por qué estamos aquí? — Dijo "ingenuo".

— Mira, lo que te diré quizás sea doloroso para ti... — Suspiro. — Pero tu novio estaba besándose con Haoxuan. — Dijo apenado.

— ¿En serio? — Hablo dolido.

— Sí, lo siento Zhanny, pero cuando salga le romperé la cara. — Dijo acariciando la mejilla del  menor.

— ¿Y sí me rompes otra cosa? — Dijo sonriendo.

— ¿Estás ebrio? — Dijo confundido para acercarse a él y olerlo.

— Estoy bien. — Rió.

— ¡No puede ser! ¿Te drogaste? — Dijo asustado.

— ¿Qué? ¡No idiota! — Lo miro ofendido. — Uno ya no puede ser hot porque piensan que está intoxicado. — Bufó.

— Te llevaré a casa, vamos. — Dijo penoso.

— Quiero ir a tu casa. — Pidió Xiao entrando al asiento del copiloto.

—¿Por qué? — Dijo Wang.

—No la conozco. — Dijo sin importancia.

Esta sería una gran oportunidad para Wang, ya que estaría a solas con su amado... Podría aprovechar para hacerle saber cuanto amor tenía hacía él.

Por ello manejo a su casa sin tener en cuenta, que al hacer esto podría traerles consecuencias a ambos.

— Me gusta tu cocina. — Dijo viendo aquellos utensilios y más.

— No la utilizo. — Rió.

— Lo sé, porque no sabes cocinar. — Rió burlón.

— Estoy aprendiendo ¿De acuerdo? — Dijo ofendido.

— Tu sala es enorme. — Dijo yendo hacia ella.

— Debo comprar algunos muebles. — Respondió encendiendo la chimenea.

— Yo la veo perfecta así. — Dijo sentándose enfrente del fuego.

— Así se quedara entonces. — Sonrió viendo al menor.

— Ven. — Palmeo el tapete en el cual estaba sentado. — Hace frío, aquí te calentarás.

— A su orden. — Respondió para sentarse al lado de Xiao.

— ¿Por qué te fuiste a Londres? — Lo miro.

— Mmm. — Pensó unos segundos. — Porque si no lo hacia vendría llorando hacia ti, pero esta vez sobrio. — Rió.