Capítulo IV: ¿no deseado?

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"Dime qué tengo que hacer para ser amado por ti, cuando dirigirás tus ojos a mi persona… aquel que súplica por un poco de tu atención, aquel que con una sonrisa se siente completo."

¿Existe algún manual para entender las emociones de los demás? Si así fuera, no dudo que sería un éxito rotundo; entonces no habría tantos malentendidos y quizás la interacción entre las personas resultaría más sencilla… o eso es lo que deseo. Cada sentimiento sea fácilmente leído, que entender las señales no fuera un dilema y que entonces, no existieran corazones rotos o decepciones.

Aún con el celular en mis manos espero que devuelvas la llamada, que este temor de no ser de tu agrado sea infundado. Sin embargo; los minutos transcurren y aún no hay nada ¿Acaso duermes? ¿Tu celular se apagó? Aunque mi mente formule pregunta tras pregunta, la única respuesta que podría obtener, siendo está pesimista… es que para ti, aún sigo siendo desagradable, alguien no deseado; tanto así como para evitar dirigirme la palabra.

Si ahora mismo no estoy buscando el número de celular para volver a llamar, es por respeto… no soy quien para abusar de tu confianza, no otra vez. Los pares de ojos que se posan en mi espalda, en espera de una acción, sólo resultan pesados y llenos de una incómoda lastima, cuan ignorante sería de aquello si no comprendiera la imagen que mi persona puede dar; omitiendo tales miradas dejo el teléfono en manos de su dueño y continuo mi camino junto a Ole, que con pocos escrúpulos me observaba con un dejo de curiosidad.

Sin embargo; aquel interés instantáneo desaparece rápidamente, confiado de mis propios pensamientos ignoro su compañía hasta que despreocupado a mi lado suspira y expresa con simpleza.- No creo que Apo regrese, considerando que ustedes ya han perdido su fama como pareja…- como si las palabras fueran un simple y común dicho, despojando de ellas el peso que poseen sin prestar atención al ceño que se frunce gravemente en mi rostro impoluto; se expresa tan fácilmente de algo que desconoce.

Es entonces cuando mi mirada cae sobre él; alto, pálido y con un atractivo sobresaliente; simplemente me observa como sí lo anteriormente dicho careciera de algún peso, con esa sonrisa floja que es de su persona. Aquellos comentarios que tan fácilmente deja escapar, han cuestionado mi opinión sobre la personalidad del chico; llegando a rozar los límites de respeto, bien podrá ser atractivo o un buen actor pero cuando tales ideas salen de su boca, hasta el más pacífico del grupo resulta enfadado.

El tiempo compartido como compañeros y protagonistas de una serie, ha requerido acostumbrarse a esos comentarios filosos; después de todo no siempre es un mal chico y hasta podría agradar su humor y sarcasmo. No obstante; cuando el nombre de Apo surge en una conversación, ya sea para discutir información o no, Ole parecería aburrido y hasta harto, como si la sola mención del moreno fuera un tema sin chiste y desagradable. Juzgarlo por meras reacciones, sería injusto no a todos le puede agradar alguien. Ahora bien; debido a tales acciones personas como Tong o Bible, son reacios a mantener distancia con el actor.

Siendo Tong, el más severo en su conducta; manteniendo a raya cualquier comentario que Ole haga, incluso si tales palabras no están dirigidas a su persona, el mayor parece indignado; no resulta sorprendente que ambos tengan la relación más complicada de la compañía.

Exhalando el poco aire que retenía en mi pecho, recobro las palabras.-Si regresa o no, es su decisión…y yo, obviamente como su…- súbitamente la explicación que en mi cabeza tenía sentido y dirección, repentinamente quedó al aire, sin poder dar un nombre correcto a mi relación con Apo.-... compañero, lo recibiré feliz y deseoso de trabajar con él.- Un pequeño destello frío resultó de mi opinión en su mirar, desviando entonces el rostro para continuar el camino que hace un momento olvidamos.

En silencio junto a mi, parece indiferente ante lo dicho o hecho; como quien no quiere escuchar palabra alguna… esa conducta tan natural que toma cuando en ocasiones tan inexistentes, resultó ser quien le reprocha sus actitudes y comentarios; siendo los que traten sobre Apo el detonante para mí poca paciencia. No es raro verle opinar sobre el moreno, después de todo nadie es perfecto para agradar a todo el mundo. Sin embargo; Las rencillas que puedan tener ambos parecen tan infantiles a la vista, no es desconocido para todos que Apo tampoco soporta a Ole; ya sea por su relación con los autores de Kinnporsche o los comentarios mordaces que en rodaje  el moreno compartió con el extra.

Habría esperado que con el pasar de los meses el menor superará las rencillas con Nattawin, terminando así con las constantes puntas "inocentes" hacía este… por lo visto no es así; no obstante ¿Debería yo inmiscuirme en tal relación? ¿No somos todos adultos? El resolver estás asperezas o por lo menos actuar a la altura es nuestro deber como actores; es cierto que mi debilidad por el moreno me obliga inclinar la balanza para defenderle a pico y espada…- Cuando Nattawin vuelva… ¿Por qué estás tan seguro de eso? ¿Te lo dijo en la llamada?- distraído en mis cavilaciones, tal pregunta resulta en un tiro al corazón.

Como un golpe acertado en el estómago, el aire de mis pulmones se va rápidamente; la cuestión a compañía de ansiedad se adorna con espinas cuando entiendo el peso de tal pregunta. Para generar la gran duda e incertidumbre fueron acertadas las palabras del otro actor ¿Cómo puedo yo abogar por Apo sí mis miedos aún existen? ¿Es justo desconfiar? ¿Qué haría si el moreno no regresa? Aquella interrogante que me he planteado un sin fin de veces, ahogada por la falsa positividad; siempre surge para mortificarme. Sin embargo; lo admito… la respuesta a tal pregunta es clara y aunque me avergüence, se que el día que Apo Nattawin no regrese a Tailandia, yo sediento de su persona cruzaré cielo y mar para buscarle; porque él es mío y yo soy tan suyo, porque como el agua no podre vivir más tiempo sin su persona.

Retomando el paso lentamente y respirando poco a busco, busco omitir las palabras maliciosas que el otro actor, sin duda alguna dejó fluir entre nosotros; la mente turbulenta llena de pensamientos ansiosos que persisten como voces, susurrando posibilidades donde Apo ya tenga otro que amar; continua jugando conmigo como una cruel tortura. Si el regreso del otro actor aún resulta cuestionable y hasta posible, la sola idea de verle amar a otro, es una blasfemia insufrible. Deteniendo el paso inmediato, con la confianza que no poseo y mi voz profunda apenas conteniendo mis emociones; logro decir.- El regresará…- sin titubear los matices de mi murmullo apenas alto, logran sorprender al otro hombre.- y no quiero volver a escuchar que menciones a Nattawin, que de tu boca no vuelva a salir cuestión alguna sobre su regreso.

Silencioso parece que el resultado de mi huraña conducta fueron suficientes para callar al prepotente chico, dejando al otro en el pasillo abandonado; si bien inmiscuirme en las rencillas de ambos no estaba en mis planes, la sola provocación del menor enervo mi poca paciencia… ahora harto hasta de su respirar, no podría soportar más las preguntas que solo me hacen enloquecer. No necesito más dudas de las que ya me atormentan, no necesito más provocaciones para terminar como una fiera vuelto loco de maquinaciones poco probables. Ese ser cruel que anteriormente consumido por los celos fui, aquel que obligó a Po caer en brazos de su ex, aquel que lo alejo de mi… no puedo nuevamente ser ese idiota.

Me lo he prometido, lo he vuelto mi fin como persona… todo sea por Apo.




Volví, un poco tarde ... pero volví

The WinnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora