🍁; 001

562 85 4
                                    

—¡No puedo creerlo, ¿¡Realmente lograron entrar al equipo de porristas!? — ambas asintieron, chillando de la emoción de contarle a sus padres de aquel maravilloso logro.

—¡Eso es una gran noticia! ¡Pero vamos, hay que celebrarlo! — dijo su padre, feliz de ver a sus hijas cumplir dicho sueño que tenían desde que estaban en la primaria, desafortunadamente, hubieron problemas y ambas no pudieron entrar al grupo de porristas de ese entonces, para cuando entraron a la secundaria, la escuela no tenía grupo de porristas ni pensaban crearlo, así qué aquello las hizo sentirse triste.

Sin embargo, ahora estaban en la Universidad y finalmente, habían obtenido tal logró, ambas estaban felices de poder pertenecer a las animadoras que se habían acercado a ellas cuando fueron a inscribirse en alguna facultad, cuando entrarán a clases en la Universidad.

Para festejar tanta felicidad, no dudaron en ir a un restaurante para comer algo y beber un poco de vino.

Las horas pasaron, terminaron de cenar y finalmente, se despidieron de sus padres, quienes dijeron que tomarían un taxi para no hacerlas llegar a su departamento tan tarde, ambas hermanas vivían juntas en un departamento cerca de la Universidad en la que habían entrado recién, así qué, así se ahorraban un poco de gasolina y tiempo para transportarse.

Ambas esperaron a que sus padres tomarán el taxi y se fueran, cuando eso sucedió, tanto Lisa como Lalice, subieron a su auto y empezaron su trayecto a su departamento.

—Estoy tan feliz de que finalmente hayamos entrado al grupo de porristas — Lisa sonrió y se sintió eufórica al recordar cómo era el uniforme que les habían proporcionado.

—Lisa — la voz de su hermana se había vuelto sería, ella giró su cabeza y miró a su hermana, quien mantenía una mirada llena de tristeza.

—¿Lalice? — preguntó, sonando confundida, ¿Por qué todo de repente empezaba a sentirse extrañó?

—Tienes que despertar — aquello la hizo fruncir el entrecejo. —Esto es sólo un sueño — volvió a decir, fue entonces, que la cruda realidad de Lisa cayó sobre sus hombros y la realidad fue tan cruda que sus ojos se volvieron brillosos por las lágrimas retenidas.

—Lalice — sollozó.

—No llores, no fue tu culpa y lo sabes — Lisa negó con la cabeza.

Entonces el sonido del claxon de un camión la hizo mirar hacia delante, y después mirar a Lalice, quien le sonrió con los ojos llenos de lágrimas, antes de girar el volante hacía su lado.

Cuando el camión se estampó en su auto, Lisa despertó.

Su respiración errática, sus ojos reflejaban miedo, tristeza y mucha melancolía, su cara estaba bañada en una capa de sudor que todas las noches la acompañaba. Desde hace una semana y media, que había ocurrido el accidente de auto con su hermana y su perdida más grande, tuvo que ser fuerte, sin embargo, no podía, no sin ella.

Hay muchas leyendas y anécdotas de los gemelos, las cuales señalan que su conexión es muy profunda, su hermandad va más allá de cualquier cosa, incluso pueden llegar a tener los mismos pensamientos, ser gemelo de tu hermano, se considera ser alguien bendecido y poderoso, tanto tú cómo tu hermano. Para la señora y señor Manoban, haber tenido a Lisa y Lalice, era una bendición y regalo del cielo.

Sin embargo, nadie sabía que aquella noche ocurriría algo tan trágico. Lisa había perdido todos sus colores, se había vuelto sombría, tosca, su sonrisa había desaparecido, aquella manía que había tomado junto a Lalice de combinar su ropa para ser confundidas, era algo que habían tomado como una broma, una cual Lisa siente en el alma. Su ropa ya no era colorida, ahora era grisácea y tres tallas más grande que la suya y sus ojos, miraban con aburrimiento a su alrededor.

Lisa miro el reloj que tenía en su habitación, mirando que eran las seis de la mañana, soltando un suspiro de cansancio se levantó de la cama y se dirigió hacía el baño, en dónde hizo sus necesidades antes de entrar a la ducha, sin importarle que el agua estaba muy fría por la mañana.

Sus padres habían tratado de mantenerla con ellos durante algunos días en su casa, sin embargo, Lisa se negó completamente, necesitaba estar sola, necesitaba tener un poco más de tiempo para poder aceptar la muerte de su hermana.

No podía hacerlo, se negaba a creer que su hermana ya no estaba y que sin duda alguna, ahora estaba sola.

Después de llorar nuevamente dentro de la ducha, salió y se colocó un chandal gris, que le quedaba flojo y una sudadera grande del mismo color, ni siquiera se molestó en hacerse una coleta, simplemente peino su cabello y lo hizo en un chongo suelto. Salió de su habitación y tomo su mochila del sofá, miro hacía la foto que había en el mueble de la sala.

—Vendré más tarde, Lalice — se despidió, dejó un suave beso en la foto, la dejo en dónde estaba para después salir e irse a la Universidad.

Sintiendo un peso en su pecho y en su vida en general.

La partida de Lalice la había dejado en un estado mental crónico, en dónde sentía que si un auto se dirigía a ella a toda velocidad, ella no se apartaría por mucho que le gritaran que se apartará.

Su vida perdió sentido desde ese día.

—LaOmmaChida💜💜✨✨✨

»𝙻𝚘𝚜𝚝 🍁 +18  [ 𝙻𝚒𝚣𝚔𝚘𝚘𝚔 ] AU "PAUSADA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora