NOMBRES Y PRESENTACIONES

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Kazuma había salido del templo de Eris. Había tenido una semana fatal, pero, el estar un rato en el templo de su diosa favorita lo hiso sentir mejor. Sin embargo volvía a sentir la misma sensación de ser observado, ese era él único problema que tenía después de salir de ahí, pues siempre que salía de la iglesia de la diosa Eris sentía como si alguien lo vigilara, o lo acosara, sin embargo, esta vez fue distinto, el motivo de eso era que en esta ocasión podía sentir que quién lo vigilaba estaba cerca de él, que lo seguía desde atrás cuidando de no ser vista por él, era la primera vez que Kazuma podía sentir su presencia, pues siempre sentía que lo observaban desde lejos, como si lo vieran desde lejos, tal vez con una esfera de cristal, o simplemente la persona que lo espiaba tenía una vista excepcional. Sin embargo, él agradecía que en esta ocasión se había descuidado.

Kazuma: ¿Quién está ahí? ... Escúchame no me importa si eres un niño o un anciano, o si eres hombre o mujer, quien quiera que seas te voy a decir que si me quieres matar te mataré primero, y si veo que no puedo ganar, huiré honorablemente, si me espías debes saber que eso del honor no me importa así que mátame si puedes.

Después de decir eso alguien salía de entre las sombras, era una chica.

Al verla Kazuma quedó maravillado, al verla su cerebro se quedó perdido, nunca había contemplado a una chica tan bella, pensó que moriría por exceso de belleza

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Al verla Kazuma quedó maravillado, al verla su cerebro se quedó perdido, nunca había contemplado a una chica tan bella, pensó que moriría por exceso de belleza. Después de varios intentos de la chica por sacarlo del trance él recién se recuperó.

¿Esto, estás bien? - preguntó la chica luego de varios minutos tratando de hacer reaccionar a Kazuma.

Sí estoy bien, simplemente me quedé atónito por tu belleza; respondió aquel muchacho que, al escucharse hablar así, se reprendió mentalmente, tanto tiempo siendo alguien muy reservado y distante con los demás, para de la nada decirle un halago a esa chica que recién veía y que probablemente lo quisiera asesinar, probablemente uno de sus muchos enemigos humanos. Pues no creía que Zeus le hubiera pedido a alguien asesinarlo, cuando puede él hacerlo. Lo único que pudo hacer en su mente fue suplicar, en su mente, a Eris que lo dejara vivir un poco más, sin embargo, también le agradecía por dejarlo conocer a esa chica tan bella.

Muchas gracias, dijo la chica totalmente ruborizada.

¿Y...por qué me estabas acosando? -dijo Kazuma tentando a su suerte pensando que si tenía suerte se encontraría con una hermosa chica que lo espiaba porque parecía alguien intrigante y en el peor de los casos se la chica intentaría matarlo y él se escaparía.

No te estoy acosando- dijo la chica casi gritando mientras tenía un notable sonrojo-simplemente te me hacías lindo, y por eso te seguí-dijo la chica casi en susurro, y no estaba mintiendo, aquella chica, era Eris-sama, que se había quedado muy curiosa con aquel muchacho, que pese a tener motivo para odiar a todos los dioses, él le era devoto a ella, únicamente a ella, a ningún otro dios, tal vez porque ella fue la que creo a los demonios en primer lugar, aunque no lo hizo con la intención de que ellos se enfrentaran a los dioses, simplemente le quiso hacer un regalo a su tío Hades, ya que él siempre se encontraba ocupado, atendiendo a los muertos, encargándose que algunos monstruos no se salieran de su celda, y demás, poco tiempo tenía con su esposa Perséfone, así que Eris les creó unos sirvientes, conocidos como demonios para que lo ayudaran con las cosas que debía hacer en el inframundo, claro que se basó en los ángeles para crearlos pero los hiso cambiar un poco su forma de ser para que ellos pudieran dar castigos a los humanos sin sentirse asqueados, horrorizados o sentirse mal, así que por eso los hiso un poco más rebeldes, y que fueran más caóticos y que puedan consumir negativas, pero lo que provocó la guerra entre demonios y dioses fue algo insignificante, Lucifer, uno de los demonios principales, había dicho que para él y para el resto de los demonios, la mejor diosa y la más poderosa era Eris, cosa que enfureció a Zeus. Y fue por eso que inició la guerra, Eris quería ayudar a sus creaciones, pero no podía hacerlo de forma directa ya que estaba en malas relaciones con su padre y aunque podía matarlo, le tenía algo de cariño, aunque logró ayudar a sus creaciones, logrando convencer a Zeus que mientras ellos solo se relacionaran entre ellos, sin estar con el resto de ángeles o demonios no pasaría nada, sin embargo, dos jóvenes se enamoraron, un ángel y una demonio, y ellos quisieron estar juntos, Eris suplicó por la vida de esos dos enamorados, pero Zeus se volvió necio, Eris trató de hablar con él, pero este junto a otros dioses le tendieron una trampa, quedó atrapada en el tártaro durante unos 10 años, sufriendo en silencio, ella con su poder podía salirse antes pero para ese entonces no era consciente del todo de su poder, además los primeros dos años estuvo triste para poder hacer algo, prácticamente estuvo llorando todo el tiempo, cosa que arremetió contra el mundo, pues muy pocas personas tenían suerte. La única criatura que la acompañaba era su mascota, un fénix que siempre estaba con ella. Era su mascota y ella se encargaba de estar junto con ella, además de cuidar su árbol, había sido un regalo de Perséfone a ella y como no podía hacerlo, su fiel mascota lo hacía.

KONOSUBA: LUNA DE MIEL 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora