20. Cautiverio

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HI GUYS!

Quizás sea la parte en donde odien con todas sus fuerzas al protagonista, pero ya les había comentado que él sencillamente es un villano de la hostia.

Esta historia va solo para los que son de corazón fuerte.

Incluye contenido sensible, así que ya están advertidos. 

Intro: Family - Badflower

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Besos ;)

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Capítulo (20)

CAUTIVERIO



Los problemas siguen.

Son inagotables que hace que todo sea más difícil.

Quizás no estemos destinados a estar juntos.

Lo he dicho en varias oportunidades. Blake y yo somos de mundos distintos. Mundos completamente distintos. Aunque su familia sea la mía, aunque mi familia sea la suya. Amar para vivir, vivir para amar. Una frase que no había tomado en cuenta hasta este momento.

Poco después de que le hablara de mi versión, no he podido hablar con ella hasta que por fin se decida. Mis pasos se vuelven más concluyentes y, sin esperármelo, aparece a mi lado con su pequeña cara tomándome por sorpresa.

—Rhys... —Su expresión se tensa—. ¿Seguirás sin hablarme?

Presumo que los dos fallamos. Empezamos mal, pero no me atrevo a decir las siguientes palabras.

—Te escucho, Blake.

—Entonces las fotos no mienten.

—¿Qu-ué fotos?

Volteo a verla. Sé a lo que se refiere, pero muy a fondo veo en sus ojos que hay algo que no me ha querido decir y que de alguna manera lo está intentando.

—Las mismas que he visto.

—¿Y eso?

La duda brota de mi interior como si lo único que mirara fuera su cara.

—En tu teléfono, en el maldito archivador de papá y en...

—Espera un segundo, tú ya...

Las palabras se entumecen en lo más profundo de mi mente y las dejo salir justo después de que se atreviera a decirme.

—Sí, Rhys.

—¿Qu-ué recordaste?

Me acerco lo suficientemente para verla a los ojos y hago un leve recorrido por todo su rostro. Su calidez es justo a como era antes. Pero, la autenticidad que hay en su voz se funde en un lago viscoso que deja enormes ataduras en mi mente. Su consistencia me provoca una serie de espasmos y mi reloj de arena se va agotando.

—Yo, en cautiverio.

—¿Qué más?

—Había algo en él... ugh.

—No te esfuerces demasiado.

La tomo del rostro con manos palpitantes bajo la penumbra y las palabras quedan en la nada. No está bien que siga torturándola; aunque, me mata la curiosidad y sé que eso puede afectarnos a los dos de alguna manera. Ha estado desaparecida en esos meses de dura búsqueda y pensar que sufrió una ligera amnesia. No recordaba gran parte de su desaparición hasta este momento.

Rhys Mitchell: El sabor del recuerdo [II] +21 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora