Vuelve

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...

"Lo siento, para hablar con Mamá tendremos que esperar a que regrese de trabajar, no llegará hasta mañana" Yuzu le dijo mientras la ayudaba a llevar sus pertenencias "Dejaré esto en el dormitorio, toma un poco que té y siéntate, debes de descansar".

"Yo, creo..." Mei intentó hablar, y Yuzu se giró para verla. "Que tú lo necesitas más que yo".

La rubia entendió a lo que se refería y ella tenía razón, así que no podía negarse. "Tienes razón" Ella respondió. "Descansaremos una vez cenemos y tomemos un baño, ¿te parece bien?".

Mei asintió en respuesta, y entonces fue cuando tomó la primera sugerencia de la mayor. "¿No necesitas ayuda con nada?".

"Hmmn, quizás me puedes ayudar poniendo la mesa después. Mejor ve a ducharte mientras yo preparo la cena hasta entonces".

Mei miró hacia abajo, sintiéndose incómoda debido a que no podía hacer nada más. Pero Yuzu se dio cuenta y rápidamente fue hacia ella y la abrazó para calmar sus pensamientos.

"Estás en casa ahora, relájate Mei". La rubia le acarició la cabeza e hizo que escondieron su rostro, con eso, Mei correspondió el abrazo una vez se relajó de verdad en mucho tiempo.

Aunque ninguna lo dijera, ambas lo necesitaban.

"¿Ya no vas a suicidarte?". Ella preguntó con la voz quebrada. La tenía ahí, en sus brazos, pero sentía que en cualquier momento se esfumaría.

"¿Cómo podría?", Yuzu respondió. "Mis ojos fueron abiertos y te tengo de vuelta en mi vida. No podría". La mayor la tomó de la mejilla y la miró a los ojos. Los de ella aún se veían cansados pero, el brillo de sus ojos había vuelto. Cada segundo que pasaban mirándose, las hacía tener la necesidad de besarse. Pero en su lugar, Yuzu sólo sonrió y le sugirió que se diera un baño, a pesar de que era obvio que lo deseaba más que nada en ese momento.

...

Al rato, mientras Mei se bañaba, Yuzu tomó un momento en la cocina para mandarle un mensaje a su madre. No detalló mucho, y solo se limito a que Mei había vuelto a casa y que querían hablar con ella una vez llegue a casa y descanse. Ume dio una respuesta rápida desde la app, un "No hay problema", fue lo que escribió. Estaría mintiendo si dijera que no estaba nerviosa.

Poco después, ambas chicas cenaron. Era algo incómodo ya que había pasado un tiempo, pero sus corazones estaban tranquilos. Cuando terminaron Mei insistió en lavar los platos para que Yuzu pudiera bañarse también, la rubia no pudo pelear contra su determinación y decidió hacerle caso.
Se tomó su tiempo y se relajó como no lo hizo en meses. Vió su propio reflejo en el agua de la bañera, y se dió cuenta de lo cansada que se veía.

"...Me he descuidado", dijo para sí misma. Fue ahí cuando decidió salir para descansar cuanto antes, ya que estaba segura de que conversaría con la menor un rato antes. Se secó y se puso su pijama para luego ir a la habitación, ahí se encontró a Mei, quién la esperaba.

"...Yuzu", Ella la llamó. Tenía nervios, lo notaba en sus ojos, ¿Qué le dirá?, pensaba la mayor. "¿Hmn?" Ella respondió mientras se metía a la cama, quedando ahora frente a frente con ella. "Uhm... el anillo".

"¿El anillo... Ah, cierto... Siempre lo he llevado conmigo", Ella sacó su collar y se lo enseñó. "¿Porqué?".

Mei también llevaba el de ella a modo de collar. "Yo también, siempre. Era lo único que me hacía sentir que aún te tenía conmigo".

Los ojos de la rubia brillaron otra vez, sintió su pecho contraerse debido a la linda emoción causadas por sus palabras. "Mei", Ella la llamó. "¿Si?"

[CITRUS] - Mil formas, un mismo final Donde viven las historias. Descúbrelo ahora