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quackity dejó sobre la encimera las tazas que traía en sus manos y se acercó a la sala con rapidez buscando a su pequeña, al verla allí sintió su corazón romperse. tilin se aferraba al cuello de cellbit mientras sollozaba notablemente, sus ojitos se encontraban rojos e hinchados denotando que había estado llorando desde hace un largo rato.

la pequeña al verlo extendió sus brazos siendo cargada al instante por su padre quien, más allá de querer saber el porqué estaba allí, la revisó un poco buscando alguna herida, incluso un mínimo rasguño, queriendo asegurarse de que la pequeña no se había lastimado o algo parecido. el pelinegro levantó la vista encontrándose con la mirada seria de spreen, quien solamente le observaba en silencio a través de aquellos oscuros lentes de sol.

—¿por qué está contigo?¿qué pasó con luzu?—le cuestionó preocupado. spreen se encogió de hombros.

—estaba yéndome a trabajar y me la encontré a unas cuadras de acá, dijo que luzu no le estaba prestando atención y se escapó.—respondió el argentino con algo de duda. alexis asintió.

aquello no había sido del todo verdad, pero spreen no sería capaz de contarle a alex delante de todos que había visto a luzu coqueteando con wilbur importandole poco que su hija se encontraba delante de ellos, mucho menos sería capaz de replicar la cantidad de frases obscenas que el español le había dicho al británico mientras este le pedía que se callara porque tilin podría escucharlo y repetirlo.

solo esperaba a que la niña no dijera nada sobre lo que había ocurrido.

alexis se despidió del oso pelinegro con un abrazo y un suave "gracias" que apenas fue tomado en cuenta por el argentino, spreen era una persona ocupada y no podía permitirse perder un segundo más. una vez que el pelinegro se fue, alex volteó a ver a su hija, quien evitaba su mirada a toda costa temiendo que su padre la regañara por haber aceptado irse con spreen.

—pequeña, sabes que puedes contarme lo que sucedió, no voy a regañarte.—dijo quacktiy con dulzura mientras se arrodillaba frente a la niña, tilin negó.— necesito que me lo digas, por favor.

—¡no quiero!—gritó la pequeña huyendo hacia su habitación.

el pelinegro suspiró con cansancio, sabía que no iba a ser tan fácil hacer que la niña hablara, era igual o incluso más terca que él. una mano se posó en su hombro dejando una caricia reconfortante y al voltear se encontró con la mirada preocupada de cellbit observándolo con atención y algo de pena.

quackity apartó su mano con cuidado e intentó subir las escaleras para ir detrás de su pequeña, pero roier se paró delante de él impidiéndole el paso, todo esto mientras foolish los observaba desde el sofá bebiendo su café en silencio y sin querer meterse en aquella escena tan curiosa a sus ojos.

—con quien debes enojarte es con el imbécil de luzu, y es a él a quien debes pedirle respuestas.—le dijo el de hoodie roja acercándole su teléfono al pelinegro.— de todos modos seguro ya cree que lo sabes, así que será fácil para ti.

alexis asintió tomando el teléfono y marcando el número de su ex, sin embargo, ninguna de sus llamadas fue atendida por el castaño, todas y cada una de ellas eran enviadas directo al buzón por más que el mexicano insistía una y otra vez. con frustración pasó sus manos por su rostro en un intento por aliviar aquel amargo sentimiento, pero no sirvió de nada así que nuevamente intentó llamar a luzu.

—alex.—dijo luzu desde el otro lado de la línea, alexis podía escuchar su voz agitada y completamente preocupada.— ¿qué sucede?

—tilin está aquí conmigo.—soltó alexis con enojo, podía sentir la mirada de los otros tres posadas sobre él. luzu se quedó en silencio por varios minutos sin saber qué decir.— te dije que esta era la última oportunidad que tenias para solucionar lo que hiciste.

—no puedes quitarme a mi hija, quackity.—dijo luzu, su voz podía escucharse bastante enojada y con algo de desesperación. como si realmente le importara la niña.— ¿o qué?¿sólo buscas una pequeña excusa para poder alejar a mi hija y me odie de la misma forma en la que tu padre lo hizo contigo?

alexis se quedó en silencio, aquellas palabras sólo habían echado sal en la herida del pobre chico que ya no podía responder, un nudo se había instalado en sí garganta y las palabras simplemente dejaron de salir.

luzu se preocupó y revisó su teléfono para ver si quackity había colgado la llamada, pero no, sólo se mantenía en un silencio casi sepulcral que le ponía los pelos de punta. con un suspiro, el español volvió a hablar:

—quacks, sé que es un tema sensible para ti y lo lamento, pero debes entender que tilin también es mi hija y la amo.—comenzó a decir luzu con un tono tranquilo y dulce, como si le estuviera explicando algo a un niño de cinco años.— pero si vuelves a siquiera mencionar eso, haré de tu vida un infierno y seré yo el que se lleve a nuestra hija lejos de ti, paso por ella en quince minutos.

la llamada fue colgada, pero alexis se mantuvo con su celular a la altura de su oído completamente inmóvil, sus mejillas se encontraban bañadas en lágrimas silenciosas que no dejaban de bajar una tras otra preocupando a los demás adultos allí presentes.

roier se acercó a su amigo y lo abrazó con fuerza, no entendía qué es lo que estaba pasando pero sentía la inmensa necesidad de brindarle un poco de cariño a su amigo, así que se dedicó a dejar suaves caricias en la espalda de alexis mientras su amigo continuaba inmóvil.

—luzu amenazó con quitarme a tilin.—pronunció quackity en voz baja.

roier palideció, dejó escapar un suspiro de frustración y apretó aún más su abrazo sin saber qué más hacer, no se suponía que las cosas se pusieran tan complicadas de repente.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2023 ⏰

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