La amenaza de los Volturi

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30 de enero de 2005

Jacob estudió las fotos en la pared, manteniendo a Bella en su visión periférica. El dedo de Bella siguió la gota de lluvia por la ventana. Ella se estremeció. Tenía la sensación de que a Bella realmente no le gustaba Forks. Siempre hacía frío, húmedo y llovía. El otro día ella le había dicho cuánto extrañaba a su madre y el sol abrasador de Arizona; el polo opuesto de Forks. Se estremeció. La palidez de su piel la hacía parecer como si hubiera pertenecido a esos monstruos vampiros Cullen todo el tiempo.

Mechones de su cabello se movieron cuando se volvió hacia él, su boca se abrió y se cerró como si no tuviera la capacidad mental para formular su pregunta. Podía sentir su pregunta burbujeando dentro de su pecho, quemando sus órganos internos. Entonces, ella estalló.

-¿Jake?-

Él tarareó en respuesta.

Un suspiro tembloroso salió de los labios rosados de Bella.

-¿Puedo preguntarte algo?-

-Seguro.-

-¿Acerca de Edward Cullen?-

Jacob trató de reprimir la agitación que se mostraba en su rostro. Un sentimiento desagradable se deslizó dentro de él. Su mente volvió a días atrás cuando Edward Cullen lo había perseguido como si fuera una presa dulce y olorosa. Era raro porque los lobos eran conocidos por su "mal olor" entre los vampiros. Como si no nos olieran a dientes cariados, pensó con sarcasmo.

-¿Qué pasa con él?- Dijo en voz baja.

Sus ojos oscuros se posaron en el suelo mientras pasaba los dedos por su cabello castaño. -Um, ¿tú-tú sabes...- ella suspiró y lo intentó de nuevo. -¿Has notado algo raro en él? Bueno, todos los Cullen de hecho.-

Él sonrió, pero luego se le cayó.

Esperar. ¿Qué quiso decir exactamente? Se supone que no debe saber nada sobre su mundo.

-Lo que quiero decir es... que no comen, a veces parece que no respiran, y nunca vienen a la escuela cuando existe la posibilidad de que entre la luz del sol. Y el día en que...-

Su ritmo cardíaco se aceleró.

-Bueno, le dije que no se lo diría a nadie.- casi susurró.

-Se trata de ese accidente automovilístico, ¿no?-

Ella asintió. -Edward... E-era increíblemente rápido. Estaba literalmente del otro lado del estacionamiento y al siguiente... estaba deteniendo una camioneta entera con una mano..-

-No sé si puedo creerte, Bel.- dijo, las palabras se le oprimieron en la garganta. -Probablemente solo estés recordando cosas mal después de golpear..-

-No me golpeé la cabeza.- espetó ella. -¡Sé lo que vi!-

Frustrada, se disparó torpemente hacia la puerta. Jacob la siguió mientras ella bajaba las escaleras y azotaba la puerta principal.

La lluvia había retrocedido lentamente a una llovizna constante, el viento soplaba ligeramente. El auto de Charlie no estaba estacionado en el camino de entrada o fuera de la acera. La fuerza policial de Forks estaba buscando huellas en lo profundo de los bosques. Pero Jacob sabía que la manada solo los estaba guiando en bucles agotadores para agotar su búsqueda. Sam necesitaba una distracción para evitar que la policía siguiera las pistas verdaderas. La persistencia de Charlie y su equipo en seguir las 'migas de pan' solo los pondría en peligro. Estaban equipados para muchas cosas... pero no para lobos rebeldes y clanes de vampiros sedientos de sangre.

Bella resbaló en el concreto húmedo debajo de los escalones del porche, pero se recuperó rápidamente, limpiándose el barro de la parte trasera de sus jeans.

Crepúsculo: Lo que ella no ve...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora