Inestable

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-¿Por qué ahora?- murmuró, tirando el envoltorio verde en el pequeño contenedor al lado del inodoro. -¿No es demasiado pronto?- Su mente se sentía confusa y su estómago se revolvió varias veces. Sintió náuseas, así que cerró la tapa y apoyó la cabeza en el fregadero de porcelana fría. Si no podía manejar esto, ¿cómo podría manejar el laboratorio de biología más tarde hoy? Un golpe en la puerta hizo que su corazón entrara en acción.

-Jake está aquí.- La ronca voz matutina del Jefe Swan resonó desde el lado opuesto de la puerta.

Ella bostezó. -¿Por qué?-

-¿Para verte, por supuesto?-

Las mejillas de Isabella Swan se sonrojaron con una palidez rosada manchada, y su pulso se aceleró ante las palabras de su padre. Si era completamente honesta, el afecto de Jacob no se le escapaba. Bella disfrutó mucho de su presencia, y él se sentía como alguien en quien podía confiar continuamente. 

No había ninguna razón real para que ella siguiera retrasando el progreso de su relación. Ese rostro blanco y cabello bronceado aparecieron espontáneamente y se grabaron en su mente como lo hacía con frecuencia. Pero, Edward Cullen siempre le había dado señales contradictorias y era consistentemente frío y poco atractivo.

"Jake no me trata tan mal como lo hace Edward. Entonces, ¿por qué estoy..."

-Dile que estaré abajo en veinte como máximo.-

A partir de este momento no debería estar involucrada con Edward Cullen, pensó, abriendo el botiquín y abriendo una botella de Tylenol.

Estaba muy nublado y las aceras estaban resbaladizas por la lluvia de la mañana. Una ligera llovizna mantuvo un ritmo constante, el ritmo de Jacob manteniendo el ritmo. Habría sido increíble dormir hasta tarde en una mañana lenta y aturdida como esta... Los brazos de Jacob la rodearon con fuerza, sintiendo el fuerte latido de su corazón contra la oreja de ella.

Ella se estremeció, aclarando su mente de sus ensoñaciones.

Metiéndose las manos en los bolsillos, lo siguió hasta una motocicleta de doble deporte cubierta de barro.

-¿Espero que no te importe ahorrar en gasolina?- Jacob bromeó, lanzando un casco contra su pecho. Luchó por sacar las manos de los cálidos confines de su chaqueta para atrapar la voluminosa masa a tiempo.

-¡Bonita motocicleta! ¿De los años 70 u 80?-

-Los años 70. Súbete.-

La mochila naranja oxidada se ajustó bien antes de manejar el casco pesado sobre su cola de caballo desordenada. Deslizarse sobre la bicicleta la hizo hacer una mueca. El dolor creciente en su área pélvica creaba una gran incomodidad cada vez que movía las caderas.

-¿Está bien?-

Avergonzada, ella solo asintió.

-Agárrate fuerte.-

El viento la azotaba mientras aceleraba la moto hacia adelante. Sus brazos instintivamente se apretaron alrededor de la sección media de Jacob, y enterró su cabeza protectoramente contra su espalda. Su pulso era tan fuerte y ardiente como ella había imaginado que sería.

Jacob entró al estacionamiento de la escuela y se detuvo frente a la escuela. Los estudiantes que salían de sus autos y conversaban se giraron para mirarlos. Siguieron susurros.

Soltó a Jacob y desabrochó el casco. El dolor volvió cuando trató de bajarse de la bicicleta, haciendo una mueca y dejando escapar un silbido de dolor.

-¿Qué ocurre?-

-Nada...-

-Aquí, déjame ayudarte.- Manos calientes aseguraron suavemente su cintura y la levantaron lentamente hasta que pudo plantar un pie en el suelo con seguridad. Adelantándose a sí misma e inestable, se inclinó demasiado hacia delante y se desplomó como un saco de patatas sobre Jacob, rodeándola con sus delgados brazos. Su pecho retumbó contra su cabeza en una risa. -¿Ya me extrañas? Aún no me he ido, Bel.-

Crepúsculo: Lo que ella no ve...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora