Brillas [CREEK]

CHAPTER IX

Craig's pov

—¡Craig!—Pude ver a Thomas parado en frente de nosotros, intentando recuperar la compostura por -al parecer- haber corrido hasta donde nos encontrábamos. Lo miré acercarse a nosotros con desconcierto e ira en mi mirar, además de sentir una profunda incomodidad de que estuviera allí—Por fin te encontré.

—¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?—Contesté en el tono más cortante que pude, pero su presencia me hacía sentir muy pequeño tal y como cuando era un niño, y eso me enfurecía aún más.

—Hace mucho no nos veíamos, ¿Huh?—Buscó alivianar un poco el ambiente, sin éxito, al tener ahora no sólo mi mirada fulminante sino también la de Tweek, del que su presencia parecía no haber notado hasta ese momento—Oh, hola Tweek. Cuánto tiempo.

—Sí—Contestó cortante Tweek, aún mirándolo bastante mal—Creí que te habías ido de la ciudad.

—Bueno, así fue, pero regresé y... Quería hablar con Craig—Volvió a posar su mirada en mí—A solas—Preferí evitar su mirar y volví a posar mi visión en Tweek, el cuál parecía que iba a echar humo por sus oídos. Aún no le contaba lo que pasó con Thomas, pero sabía que él había deducido que era algo bastante malo, de otro modo no estaría tan a la defensiva.

—¿Por qué? Cualquier cosa que quieras decirle, lo puedes hacer delante mío—Habló Tweek con una sonrisa retadora, acercándose a mí.

—Es importante—Contrarió Thomas un poco molesto ante la actitud de Tweek y, aunque me parecía tierna la forma en que buscaba defenderme, tenía algo de curiosidad de saber qué tenía para decirme—Sólo será un segundo.

Antes de que Tweek volviera a hablar para rehusarse a irse, tomé yo la palabra.

—Está bien. Sólo un segundo—Hablé sin emoción en mi tono de voz, a pesar de sentirme morir en mi interior. Tweek me miró con confusión y un poco de rabia, pero sólo lo dejó pasar. Asintió y se fue—¿Qué buscas ahora? ¿Arruinarme la vida otra vez?

—No, no, claro que no. Quería disculparme contigo—Me miró directo a los ojos en un tono de voz que parecía ser sincero, aún entre sus tics, provocando un escalofrío en mí espalda que nunca había sentido. Lo miré desconcertado y sin saber cómo reaccionar.

Que me dijera aquello sería un sueño si siguiera siendo ese pequeño que Craig que esperaba por él. Que a pesar de haberlo dejado de querer de tal manera por lo que me hizo, necesitaba de su compañía y apoyo, que regresara a visitarme a la fría habitación de hospital a decirme que todo estaría bien, a invitarme a salir al jardín con él y los otros chicos del hospital u hablarme de temas que le apasionaban, temas que terminaron siendo también parte de mí persona.

Pero de ese Craig indefenso solo quedaba rencor. El rencor que ardía en mis venas, la amargura de mi mirar, las cicatrices en mi piel y alma.

Estar frente a frente me hacía sentir indefenso, porque me hacía regresar al pasado. Me sentía tan pequeño de nuevo, tan sólo y tan triste. Solo me provocaba ganas de gritar. No quería ni siquiera recordar el abismo al que él mismo me había mandado, la primera persona a la que le confié todo sin miedo. Muchas cosas que hoy día me atormentaban eran por su obra y, ¿ahora se atrevía a aparecer?

—¿Esperas que te disculpe sin más? Debes estar loco—Crucé mis brazos, apoyando mi cuerpo a la pared detrás mío.

—No, no, escucha. Sé que no me comporté de la mejor manera y lo siento. Pero era un niño, no sabía en realidad qué estaba haciendo. Sólo seguí lo que me habían dicho que era correcto pero... Sé ahora que no fue así y no hay día que no me arrepienta de lo que hice—Soltó, cada vez en un tono más bajo, sin poder conectar su mirada con la mía. Parecía hablar con verdadero arrepentimiento, cosa que logró tocar un poco mi empatía, pero aún así no podía dejar de lado el rencor que inundaba mis sentidos.