Globgor le tendió una mano a Eclipsa quien dudosa la tomó.
- Entonces, eres Eclipsa y no quieres casarte – Globgor seguía con la expresión firme -. Así que viniste al bosque de la muerte segura para ser devorada por un monstruo al azar y así evitar tu compromiso.
- No vine para ser devorada. – Ella tomó su mano y se puso en pie – Pero si lo vas a hacer, ¿prometes masticarme rápido?
- No voy a devorarte – él resopló -, yo ya comí. Y no eres un bocadillo. Los monstruos colosales no somos devoradores, la mayoría son herbívoros. Ustedes los mewmanos siempre les ha gustado meternos a todos en un mismo costal.
- Pero tú eres carnívoro – le respondió acercándose temerosa al rostro del monstruo que se acercó sin vergüenza, ella sujetó su labio inferior y tiró de él suavemente -, tus piezas dentales son agudas, todas son colmillos, tienes un par en los laterales que son más largos y gruesos. Tu boca está hecha para desgarrar, cortar y masticar cosas particularmente difíciles de trocear. Como los huesos.
- No me como los huesos, niña. – el monstruo se alejó de ella - ¿Dónde vives?
- Terrenos Butterfly – ella respondió alejándose un paso de él – Cerca del castillo.
- Muévete entonces, no está lejos.
- Nunca dije que quisiera volver.
- No me importa lo que quieres, – el miró hacia los lados y Eclipsa vio sus orejas moverse - hay monstruos despiadados en este bosque
- No creo que haya algo más peligroso que tú en este bosque.
- No dije que fueran peligrosos, - él comenzó a hacerse más grande - dije que son despiadados. Ven conmigo. Te llevaré a casa.
Él se agachó frente a ella y le pidió que subiera a su brazo. Eclipsa estaba un poco mareada por el tamaño del monstruo, tenía un cuerpo fuerte y músculos muy definidos, le agradaba su piel, no era escamosa y cueruda, era piel suave y satinada, no estaba cubierta de ningún fluido. Él tenía su brazo flexionado y junto a su pecho, ella se sentaba en donde su codo se flexionaba. Él había mentido, sí tenía hambre, tenía mucha hambre, por eso tenía que dejarla pronto en casa y alejarse de ella.
La más pequeña había tenido razón, Globgor era un carnívoro. También había acertado al decir que él era el más peligroso de todos. Durante sus 300 años de vida sabía que el hambre era algo incontrolable y que lo hacía esclavo de sus instintos, pero ese era el menor de sus problemas, no le agradaba pensar en lo que se convertía cuando la inanición lo consumía. Tenía casi un siglo teniendo su rutina de hacerse tan pequeño como fuera posible y comerse un ratón de su tamaño, saciarse en su forma diminuta hasta que su cuerpo metabolizara la comida, para al regresar a su tamaño no sentir el dolor físico del hambre.
Globgor respiraba profundo, no quería comerse a la niña. Quería devolverla a casa, hacerse diminuto y luego comer ratas y ratones hasta que sentirse satisfecho. La chica aún lloraba en silencio sobre su antebrazo, lo que ella había dicho lo había dejado pensando; habría preferido ser devorada por un monstruo en lugar de tener que seguir con su compromiso.
Él se preguntaba por qué los mewmanos seguían con esas extrañas tradiciones acerca del matrimonio, todo era tan diferente para los monstruos. Pensó en lo efímera que era la vida de los mortales, 80 años era demasiado para ellos así que un matrimonio de 50 años estaba bien. Para él, sus primeros cincuenta años habían sido solo para habituarse a su realidad, conocerse, saber quién era y lo que quería o no hacer; le parecía deprimente que la chica que tenía en el brazo de seguro moriría antes de entender las cosas que realmente le gustaban. Que patético debía ser eso de quedarte sin tiempo para probar lo que te gusta y obligarte a hacer todo tan rápido que ni siquiera pudieras disfrutarlo en realidad.
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Un Eclipse Sobre la Corona | Eclipsa x Globgor (+21)
FanficUna noche, después de su baile de la campanilla de plata en el que la reina Solaria informa a su hija, la princesa Eclipsa de Mewni, sobre su futuro compromiso con el príncipe Shastacan, ella huye al bosque y se encuentra con el príncipe de los mon...