Las ilusiones de los arácnidos

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Gwen sintió un frío recorrer su espalda al escuchar a su amigo.

— No deberías estar aquí, Gwen.

— Miles, déjame que te explique... te lo suplicó.

Gwen vio como el Morales pasó de frente sin voltear a verla. Él empezó a recoger sus cosas. En el momento que la rubia quiso pasar su mano en su hombro, él la sujeto de la muñeca.

— No necesito una explicación. Todo me quedo claro.

Gwen se deshizo del pulso fuerte de su amigo y retrocedió unos pasos.

— Entonces al menos escucha lo que voy a decir. Estas en peligro, Miles. Solo... tienes que hacerme caso.

— Si Gwen. Me di cuenta que siempre estoy en peligro. Y por eso vine. Margo hizo más de lo que tu hubieses podido hacer desde que llegaste, ¿sabes?

La rubia estaba a punto de sentir impotencia como en aquella ocasión. Una lágrima estaba a punto de brotar. Miles quizá no entendía las cosas y estaba siendo muy duro.

— Miles... he peleado con mi padre para estar aquí. No lo vi en meses. Quise ir en contra de Miguel y Jess. Y lo hice. No sabes cuantas veces quise tirar la toalla y solo irme con el reloj para estar... contigo.

Miles empuñó y solo estaba viendo como Gwen estaba sintiéndose devastada.

— Pues... yo quería estudiar física cuántica para buscar la manera de verlos a todos. Y a ti.

Ella se sorprendió. Un sonrojo se tiño en su rostro. Un poco más y terminaría por caer sobre Miles. Tantos sentimientos se estaban acumulando. Era una bomba de emociones.

— No se que hacer Miles. Y lo único que pude hacer es venir para...

El la contuvo antes de terminar.

— Pero no puedo hacer algo al respecto. Si es posible dejaré de ser Spiderman... y ser solo Miles y mi familia.

Gwen la abrazó. No quiso contenerse más. Ella estaba segura que él estaba sintiéndose peor. Esta vez, ella quería que no fuesen solo palmaditas de su parte.

— No quiero eso. Miles yo te extrañe. ¿Tu no te sentiste así en algún momento?

— Sí.

Miles le devolvió el abrazo y no pudo evitar dejar ir su enojo. No podía razonar pero tampoco culparla. 

— Gwen, estas consciente de que esto puede afectar el canon de tu universo.

— ...

— Miles no pienses que vengo para llevarte. Solo quiero ayudarte. Cambiar las cosas.

— ¿Sentiste remordimiento al menos cuando tratabas de capturarme? —Miles volteó la mirada mientras ella estaba segura de su respuesta.

— Todo el tiempo.

Gwen se acercó un poco más a él. Era la misma secuencia que antes. Estaba nerviosa por lo que iba a pasar.

Miles terminó por estar boca a boca con ella. Quizá no podía perdonar por el momento, pero si disfrutar un poco de alivio.

Ambos estuvieron unos segundos mirándose. En la que Gwen espero con los ojos cerrados y Miles terminó juntando sus labios con las de ella.

— ¿Esto esta bien, Gwen?

— No... Pero es reconfortante, Miles. —asintió en un tono dulce.

Esta vez él sujeto su mejilla. Ella no opuso resistencia y se apegó más. Le dio otro más y ello no se movió. Disfrutaba los cálidos besos hasta ahora. Como si no hubiese sentido una sensación de paz en mucho tiempo. 

— Otro más.

Tres.

— Otro más, Miles.

Cuatro.

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Sentir a través del multiversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora