[The Best Boy] ➳ KaoEarth ©

[Chapter six - (un)know]

[𝑪𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒔𝒊𝒙 - (𝒖𝒏)𝒌𝒏𝒐𝒘]

— ¿Qué es esto? — Preguntó el director al ver las imágenes dejadas en su escritorio.

— Nuevamente la vida privada de los estudiantes está siendo expuesta. — Informó Fluke con una expresión seria en el rostro —. Me parece que es momento de hacer algo, ¿no lo cree, director?

— No me parece que sea muy privado. — Miró detrás de su hijo a las personas que salían en aquellas fotografías —. Es un espacio público.

— Nadie además de usted tiene acceso a las cámaras de los pasillos. ¿Eso no le preocupa en absoluto? — Intervino Ohm.

— Earth también fue perjudicado, y aún no obtenemos una respuesta, ¿va a dejar pasar esto también? — Pudo notar la molestia reflejada en los ojos mieles de su hijo.

Fluke siempre había sido muy cercano a sus padres, en especial al señor Natouch, pero luego del suceso que puso en riesgo a su mejor amigo y algunos otros chicos de su edificio que se negaban a presentar declaraciones, esa cercanía fue reduciendo gradualmente.

Eso no cambiaría hasta que su padre hiciera algo en contra de la persona que hizo daño a sus amigos.

El hombre soltó un suspiro antes de responder:

— Mañana mismo haré algo.

Eso no dejó convencido al pelirrojo, pero aun así asintió.

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— ¡Earth! — Barcode se acercó a ellos cuando entraban al campo —. Sammy peleó con una chica y no han salido de las duchas. — Exteriorizó su preocupación con una expresión en el rostro.

Todos caminaron a paso rápido en dirección a las duchas de las porristas preocupados porque algo pudiera pasarle a su amiga. Era cierto que era temida por muchas personas en el instituto, pero eso no quería decir que con ello evitaba el odio de muchas otras que no desaprovecharían la oportunidad para hacerle daño.

Como temían, la puerta estaba puesta con seguro desde adentro, y el lugar carecía de ruido alguno como si no se encontrará nadie en el interior.

— ¡Samantha! — Gritó Earth golpeando la puerta un par de veces.

Por su cabeza pasaba la idea de encontrar a la castaña herida o algún cuerpo dentro, porque la conocían a la perfección y era capaz de cualquier cosa cuando se encontraba en peligro.

Contrario a aquel primer pensamiento se encontró con una Sammy despeinada, con la ropa medio puesta y las manos con líneas finas de lo que parecían rasguños.

— ¿Qué...?

— Hola. — Saludó la pelinegra saliendo de la misma forma que su amiga, a diferencia que la chica sí parecía estar avergonzada.