Proyecto Doble M

Capítulo 1 : Viernes 25 de septiembre

"Nombre:" Esta me la sé, Marcus Miller, nah de locos, está tirado. "Apellido:" Pues empezamos bien el dichoso examen. Si tuviera al menos alguien a quien pedirle el típex, pero el curso recién ha comenzado y no conozco a casi nadie. Gracias mamá por querer mudarte solo por cambiar de aires, nótese mi ironía. Pues nada, toca tachón y completar.

Primer viernes de clase y ya nos andan poniendo un examen para comprobar nuestro nivel, mientras todos me miran, que también es normal con las pintas que tengo: el nuevo rarito con un aspecto un tanto gótico punk, cabello negro y con las puntas verde mar o turquesa, ni siquiera sé que estúpido color tengo en el pelo, con mis aretes negros y mi ropa que me creo aesthetic e-boy de esos, sumándole mi piel pálida y mi cuerpo escurridizo que parezco enfermo, que también te digo que esto resalta mis ojos verdes, pero no me extraña nada que el abusón de atrás no pare de lanzarme trozos de goma usada.

Así no hay quién se concentre en el examen, sí que es cierto que no destaco por mis calificaciones, pero al menos voy aprobando como se puede.

— ¡¿Quieres parar con las putas gomitas?! –Mierda, lo pensé en voz alta, verás la que se viene.

—Marcus, ¿algún problema? Estamos en mitad de un examen, no quieras ir al despacho del director en tu primer día. —Lo que me faltaba, por si alguien no me miraba, ahora todos cuchichean del chico nuevo al que acaba de reñir la profe. Si es que soy imbécil.

— N...No señora Gertrudis, perdón. —me disculpo.

– Señora no, señorita, que aun soy joven y sigo soltera. — me replica, aunque con esa mala leche no me sorprende que siga soltera a sus 32 años.

Bien, prosigamos, primera pregunta: "1.- Analiza morfosintácticamente las siguientes oraciones:", venga Marcus, esto se te da bien. Se oyen risas cuando noto un trozo de papel golpearme la cabeza, ¿será una nota? Paso de leerlo ahora y que la SEÑORITA Gertrudis piense que encima estoy haciendo chuletas, lo que me faltaba ya por hoy.

Otro golpe sobre mi espalda, otro trozo de goma, pero este era enorme, a este paso se va a quedar sin goma el estúpido. Y sigue, ¿pero quiere parar ya? Me giro a mirarle cuando veo volando hacia mí una goma cuadrada, de esas que huelen a nata, entera hacia mi cabeza. Me asusto mientras veo como viene hacia mí cuando, a centímetros de mi nariz, cae al suelo, como si se hubiese frenado en seco.

—Oliver ¿Qué pasa, ya no tienes fuerzas para llegar al pringao' ese? —Escucho entre risas y susurros.

Creo que será mejor ignorarles y seguir con mi examen, pero eso sí, tengo goma nueva, hay que ver el lado positivo a las cosas.

Suena el bendecido timbre de fin de clases, al fin, parecía que no llegaba nunca. Ya te digo yo que un examen un viernes a última hora debería ser ilegal.

—Oye, ¿Ma... Marcus eras no? – Escucho desde atrás con un tono cálido y dulce, aunque algo tímida.

– Sí, dime. ¿Tú eres? — Me giro y veo a una chica alta y delgada parada frente a mí con ojos grisáceos entrecerrados y una sonrisa de oreja a oreja, que qué envidia ya te digo yo tener esos dientes tan perfectos, también los mostraría a todas horas. Su pelo largo y dorado tras las orejas sujetados por una felpa color burdeos que resalta su flequillo. Un Jersey blanco de esos de pelitos que parecen super calentitos, pero pican y una falda plisada alta ajustada a su fina cintura.

–Oh, sí, perdona. Soy Mina, Mina Hastings, encantada. —Le sonrío de vuelta algo incómodo, nunca sé que hacer en estas situaciones.

– Veo que ya has conocido a Oliver... no le hagas mucho caso, es un poco cafre. Yo soy la delegada de clase, o eso creo, ya que llevo siéndolo 4 años consecutivos y espero serlo un año más, si necesitas algo solo tienes que consultármelo, ¿vale? Se me da bien hacer de guía.