𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄 ─𝐈.𝐍.

02

Jeongin estaba en una de las gradas leyendo un manga, frente a la cancha de baloncesto de la universidad, solía ir allí a leer mientras veía a Minho jugar, se supone que también debería hacerlo como le dijo a su tío pero la verdad los deportes no eran lo suyo, además, sentía que se estaba muriendo con el fuerte dolor de cabeza que tenía, él pensaba que debía de ser por el calor.

— ¡Hey, Jeong!

El pelinegro dio un pequeño brinco en su lugar, asustándose por el repentino llamado de su amigo— Dios, deja de gritarme.

— ¡Amargado! —Gritó de nuevo, apropósito—. Ya nos vamos, flojo —abrió su termo para tomar agua— guarda todo.

Era común tener ese tipo de acciones por parte de Minho, el solía ser así, y Jeongin estaba completamente acostumbrado a ello, después de todo, eran amigos desde que eran unos niños, eran prácticamente hermanos.

—Bien —obedeció lo que le dijo el castaño. Sinceramente, ni se había dado cuenta de que ya habían acabado la práctica.

—Espera, no puedo ir contigo.

— ¿Por qué? —lo miró confundido fingiendo molestia.

—Le prometí a Hyun ayudarlo con un proyecto, tiene mucha tarea —el contrario simplemente asintió y se despidió sacudiendo su mano.

Salió de la cancha para dirigirse hacia la cafetería pero en el camino recibió una llamada.

—Hola, Innie. ¿Cómo vas? —Era el tío de Yang en la línea: Christopher Bang, o cómo solían decirle, Chan.

—Bien, todo normal. ¿Pasa algo?

—No, solo era si querías venir a la comisaría mañana temprano, hay un caso que seguro te interesará y quiero que me ayudes, te diré de que trata mañana mismo.

—Oh bueno, estaré allá. Tengo que irme, quede en reunirme-

—Solo era eso, ve a hacer lo que sea que tengas que hacer. Cuídate, nos vemos en casa, Innie —le interrumpió y colgó. Seguramente el caso tendría que ver con los recientes asesinatos, la policía ha estado muy ocupada con todo ese caos.

Llegó a la cafetería y justo ya estaba el rubio esperando al pelinegro. Fue a la mesa y se sentó al frente de él.

—Hola, disculpa la demora —hizo una pequeña reverencia.

—No, no es para tanto. No llevo mucho tiempo aquí —dijo con una linda sonrisa en sus labios—. ¿Quieres? —señaló el café y las donas en la mesa.

—Claro, gracias —agarró una de las donas y le dio un mordisco— ¿cuál es el proyecto en el que quieres que te ayude?

Después de su pregunta empezó a mostrar el proyecto a Jeongin y este dedico a ayudarle. Pasaron la tarde así, mientras comían y charlaban de vez en cuando de algún tema trivial.

Sin darse cuenta, ya eran aproximadamente las 6:30 pm y ya casi estaban por terminar el proyecto.

Estaba todo silencioso mientras Jeongin estaba terminando de ayudarlo con unos últimos detalles y Hyunjin solo lo miraba, pero el silencio fue interrumpido por el rubio.

— ¿Innie?

— ¿Si? —volteé a verlo.

— ¿Quieres ir al cine después de que terminemos el proyecto? Vi que estaba una película que quizás te guste.

—Si me gustaría, ¿a qué hora es? —aceptó si pensarlo.

—A las 7, creo.

—Bien —dije mientras guardaba las cosas— Vamos —Hyunjin obedeció y finalmente, pagamos lo que habíamos comido en la cafetería, y nos dirigimos al centro comercial que no quedaba muy lejos de la universidad.

✶

— ¿Qué quieres de comer? yo invito la comida.

—Ya pagaste las entradas, deja que yo pagué la comida.

—No te preocupes, solo pide lo que quieras —el pelinegro asintió.

—Palomitas y gaseosa, las más grandes, por favor —los ojos de Jeongin brillaban y sonreía leve e inconscientemente, Hyunjin también lo hacía. Yang es muy lindo.

— ¿Por qué te ríes?

—Eres muy lindo cuando sonríes ¿Sabes? —Jeongin se quedó mirando sonrojado al contrario ante su comentario—. Mira, la comida —dijo señalando a la chica que atendía en la cafetería del cine, sacando a Jeongin de su pequeño trance.

—Oh si, disculpa —recibió la comida apenado— Gracias.

✶

— ¿Te acompaño a tu casa? —El pelinegro lo agarró del hombro y el más alto se quejó ante esto— Oh lo siento ¿qué te pasó?

—Ah no te preocupes, me lastime el hombro jugando en educación física —Jeongin asintió ante eso. Sabía que esa no era la verdadera causa del dolor sin embargo no habló más del tema para evitar incomodar o poner mal al contrario.

La película ya había terminado hace unos cinco minutos. A ambos les pareció entretenida, y pues claro, disfrutaron la compañía mutua. Ahora, estaban a las afueras del centro comercial.

—Si me acompañas llegarás más tarde a tu casa. Estaré bien con el taxi.

—Tienes razón, igual creo que me regañaran cuando llegue a mi casa —sonrió el pelinegro—. Gracias por invitarme, me divertí mucho —Hyunjin respondió con otra sonrisa.

—Me alegro, Innie —le acarició el sedoso y negro cabello al contrario— nos vemos mañana, ve con cuidado.

Un taxi paso por Hyunjin, pero Jeongin lo agarró del brazo antes que se subiera al vehículo y le dio un pequeño beso en la mejilla, sonrojando al rubio quien solo se subió rápidamente y se despidió con la mano. Luego, finalmente, el pelinegro se fue a su casa caminando la cual no quedaba tan lejos del lugar.

Al llegar se encontró con Chan esperándolo sentado en el sillón. Se notaba en su mirada. Estaba furioso.

— ¿Tienes idea de que hora es? Son las casi las diez de la noche, ¿Dónde estabas?

—Lo siento, Channie, Hyunjin me invitó al cine, pero no pensé que duraría tanto la película.

—Bien, pero si vas a venir tarde avisa ¿Bien?, estaba preocupado, se han reportaron varias desapariciones y no quiero te pase algo a ti ¿entendido? —. Asentí e hizo una reverencia como disculpa.

Entró a su habitación y dejó caer su cuerpo en la cama mirando al simple y blanco techo concentrándose en ello sin pensar en más nada. Ni siquiera en la linda salida que tuvo con Hyunjin. No sentía que estaba realmente allí.

Volteé la cabeza y miré por la ventana: la noche estaba fresca, oscura y silenciosa. Justo como me gustaban. Ya era momento de hacer un poco de ruido.

13/06/23