El chico misterioso de la biblioteca parte 2

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Era la primera vez que salía con alguien y no sabía qué ponerme así que no le di muchas vueltas al asunto de mi ropa y me puse un vestido blanco de flores, una botas largas, con una chaqueta de jean y fui a la cafetería llevaba un libro para leer mientras lo esperaba, ya que había llegado muy temprano debido a lo ansiosa que estaba el tiempo pasaba demasiado rápido y aún faltaban 10 minutos para que fuese nuestra cita así que decidí salir un rato.

Afuera se podía ver todos los colores vivos que había en el cielo se veía tan bello y lleno de vida, mientras miraba el cielo alguien toco mi hombro sorprendida me di la vuelta y lo vi, era él se veía muy bien mirarlo no solo era reconfortante, sino también tranquilizador me sentía en el cielo en aquel cielo que contemplaba hace apenas dos segundos él me saludo y yo a él así que entramos a la cafetería para nuestra cita.

Comenzamos hablando sobre lo que nos gusta en general flores, color favorito, animal, comida y ese tipo de cosas y mientras hablábamos el tiempo se hacía cada vez más lento estando junto a él y con cada palabra dicha con su voz sentía que mi corazón explotaría hasta que de la nada dejó de hablar me puse nerviosa y no pude evitar preguntar

- ¿Pasa algo?

-Es que estás demasiado roja y creo que te estoy incomodando -me respondió

Yo no lo podía creer él se estaba preocupando por mí, mi corazón ya no pudo soportarlo más y lo tome de las manos eran suaves y cálidas, lo mire a los ojos y le dije:

-No me molesta escucharte, me parece interesante todo lo que me cuentas, pero- titubeo-siento que mi corazón está a punto de estallar porque nunca había sentido estoy y no nos conocemos bien, pero realmente tengo intriga en ti y aún no sé qué es específicamente lo que me atrae de ti tal vez sea que cuando te veo no me siento mal o que cuando hablas tu voz es tranquilizadora y al mismo tiempo adictiva la verdad es que desde el día que te vi no te pude sacar de mi cabeza y {me gusta}-murmure

-y? - me preguntó

-Nada - respondí

-ok. Entonces puedo contarte algo? -me preguntó con un tono serio

-claro - dije mientras asentía con mi cabeza

-sé que no nos conocemos bien y me encantaría conocerte mejor, de verdad me pareciste muy peculiar en el buen sentido y yo tampoco te pude sacar de mi cabeza; desde aquel día no pude dejar de pensar en tus ojos, tu sonrisa, la forma en la te sonrojas cuando me miras y lo linda y tierna que eres al hablar *se pone rojo* el punto es que me gustaría que me permites conocerte y que hubiera la posibilidad de que pudiéramos ser amigos o con el tiempo ser más que eso. Obvio solo si tú quieres.

Estaba sin palabras y me congelé, era la primera vez que a una persona le gustaba mi forma de ser, toda mi vida me habían criticado y me hacían a un lado por eso me refugiaba en los libros para evitar los comentarios de los demás, pero en ese momento me sentí muy especial sentí que en realidad si era alguien normal y que si había gente buena que no buscaba nada a cambio como todos los hombres que se me habían acercado antes solo para buscar mi cuerpo o para jugar conmigo, pero con él era diferente y en serio me gustaba pasar el tiempo con él.

Después de nuestra cita, caminamos por el parque cerca de mi casa mientras veíamos el cielo estrellado; en verdad es tranquilo es estar al lado suyo es reconfortante y da vibras de que estoy segura con él, al final me acompaña a la puerta de mi edificio y nos despedimos fue raro no sabías cómo actuar después de lo que dijimos en la cafetería, así que solo entre a mi casa e hice una señal con la mano como despedida.

Debo admitir que fue tierno verlo sonrojado y sin saber qué hacer... Me fui a la cama con la mejor imagen en mi cabeza, aquel chico de la biblioteca diciendo que quería conocerme y tal vez en un futuro llegar a ser algo.

Una historia de amor en DubrovnikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora