"Pequeño" paraíso.

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Al llegar al "pequeño" chalet ( y digo pequeño porque en comparación con los de alrededor era una casita de perro) Rachael empezó a subir escaleras como una loca, registro palmo por palmo toda la casa. Yo deje la maleta en la cocina para adentrarme en el salón y sobre todo atravesar la puerta de cristal que daba al patio. Si se le podía llamar patio. Para mi eso era unos jardines de un inmenso parque. Sillones blancos, hamacas blancas, suelo de madera oscuro, tumbonas, mesas de madera de roble, un césped artificial junto a una piscina espectacular. Unos gritos interrumpieron mi caminar por un camino de tablas de madera suave y lisa que no sabía donde podrían dar, en esta espectacular "casita", los gritos eran de Rachael, que desde unos de las ventanas gigantes que tenía la casa gritaba mirando el que iba a ser nuestro "patio". Me hacía un gesto para que subiese, y sin parar de mirar el inmenso salón y la amplia cocina-comedor y un baño increiblemente gigante con una bañera a la que yo llamaría piscina, una ducha a la que yo llamaría arte y un estilo totalmente oportuno, subí por las grandes y vertiginosas escaleras de cristal, cada rincón era arte puro y duro. Rachael me empujo hacía, la que había decido nuestro representante que sería para ella y como siempre era totalmente acertada. Una gigantesca habitación de color lila con detalles morados, una cama excesivamente grande donde a la pequeña Raquel le sobraría espacio por todos los lados. Una pared repleta de ventanales de cristales que daban al jardín. un plasma-cine, un escritorio morado con un portátila, con cascos, altavoces y accesorios, un puf al lado de los ventanales, unas mesitas de noches de diseño... un baño personal con una ducha que daba al jardín, sin que los de fuera puedan ver. Unos lavabos impresionante, una bañera, pintura nueva, un vestidor extraordinario...la habitación perfecta para Raquel. Fuimos a ver la de Celeste, color rosa claro y con los muebles color madera y accesorios en rosa un poco mas fuerte, casi igual que la de Raquel, pero las ventanas daban a las fueras de la casa y no podían ver desde fuera, el vestidor, la pintura, el escritorio, el baño, casi igual. El de Anastasia en color celeste cielo con accesiorios en turquesa, tambien con vistas a las a fueras, todo casi igual...¿Y la mía?

La tortura de mi sueño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora