"Estoy en el techo, y tú en tu asiento del avión."
Diciembre,27, 2018.
─ Creo que es momento de dejarte ir, ¿no? ─ Decía, mientras lo veía irse, sonreía como nunca lo ví sonreír conmigo.
─ ¿Qué esperabas? ─ me decía a mí misma, mi nariz dolía, mis lagrimas amenazaban con salirse, mi pecho dolía, mis manos temblaban. ─¿Qué volviera a tú lado? Ya por favor, debes soltarlo, tantas veces que él te a pedido que lo dejes ir, es hora de hacerlo, no vas a esperar toda una vida para volver a su lado, cuando él mismo dijo que no daba segundas oportunidades, no existe un futuro juntos, debes entenderlo de una vez por todas. ─
Me senté en la acera, agarré mi cara entre mis manos, hace unos momentos me había encontrado después de 2 años con Yeonjun, mi primer amor, mi primera relación, a la única persona que había amado en toda mi vida, y seguía amando, o digamos seguía obsesionada con él, realmente no sabía si era amor u obsesión.
Terminamos hace 2 años, ¿saben lo peor? Me termino por teléfono, y me dijo cosas muy hirientes, pero yo lo justifique diciendo que porque estaba en su semestre final de la universidad estaba estresado, o así me lo hizo creer a mí, una estúpida ¿no?
Él siempre fue una persona muy inteligente, y eso me hacia sentir aun mas orgullosa de él, estudiaba Derecho, o mejor dicho Ciencias Jurídicas, pero el realmente quería ser psiquiatra, compartíamos sueños, ya que también yo soñaba con ser psiquiatra, decía que nos casaríamos, y tendríamos la casa de nuestros sueños, y tendríamos 2 hijos al menos, hasta sus nombres teníamos elegidos.
Nunca sintió amor por lo que estudiaba, simplemente estudiaba esa carrera porque su padre era un abogado muy exitoso, y realmente tenía mucho respeto por su padre, su padre era su ejemplo a seguir y respetaba mucho sus decisiones.
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Marzo,31, 2019.
─ ¿Estas lista? ─ preguntaba alguien al otro lado de la línea telefónica.
─ Dame un momento, estoy poniéndome el vestido.─ dije con el celular en mi oreja, mientras mi mamá ayudaba a subir el cierre de mi vestido.
─ Salgo en 5 minutos a tu casa, debes de preocuparte por llegar temprano, uno no se gradúa todos los días, me preocupo más yo que solo soy tu acompañante. ─ espeto.
─ Yaaaaa, no seas dramático, tenemos 15 minutos para llegar, tranqui, llegaremos a tiempo, te veo en 5 minutos. ─ colgué la llamada, y lancé el celular al sofá, para salir a buscar el bolso.
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─ ¿Cómo te sientes después de graduarte? ¿Qué se siente ser oficialmente psicóloga? ─ preguntaba, mientras conducía a mi restaurante favorito.