Eran las 5 de la mañana, Naruto había caído dormido después de varias horas llorando, sin embargo la alarma de su reloj lo hizo despertar. Naruto se sentía igual, aunque un poco más cansado que la noche anterior. Al levantarse e ingresar al baño pudo ver sus ojos caídos y con ojeras en el espejo. Con las energías que tenía entró a la ducha y empezó a bañarse.
Naruto iba pasando el jabón de barra por su piel mientras el agua caía de la regadera sobre su cuerpo. Poco a poco lo fue haciendo con menos intensidad, hasta que llegó a un punto en que se quedó totalmente inmóvil, pensando en aquello que lo había hecho llorar la noche anterior.
El rubio sabía lo que realmente pasaba con Sasuke, pero temía aceptarlo. Era su amigo, claro, pero más que eso es el vínculo más cercano que le quedaba. Naruto no sólo quería a Sasuke, Naruto amaba a Sasuke, pues él sentía que ese azabache de piel pálida era el único miembro de su familia que le quedaba. Sin embargo, ese amor por él era también una cadena, pues no sabía en qué momento podría perderlo, y reviviría así el dolor que había pasado ya con sus padres, y posteriormente con Jiraiya. Si Naruto perdía a su único vínculo, perdería nuevamente todo, y no era un dolor que quisiera soportar. Pero, ¿cómo asegurarse que jamás perdería a Sasuke? Él no estaría siempre a su lado, pues de hecho ya tenía una novia a la cual le debía corresponder; así mismo, tenía a su familia, y tenía toda una vida por delante con la capacidad económica para ir a donde quisiera. Eran más las probabilidades de separar sus caminos, que de mantenerlos.
El miedo a estar sólo nuevamente aterraba a Naruto, pues a pesar de que la había pasado de maravilla con Sasuke esa noche, sabía que esa alegría se podía tornar en apego, y eso generaría una cierta dependencia hacia el azabache. ¿Era muy pronto? Seguramente, pero Naruto sabía que lo que sentía por él no era el sentimiento de cualquier amistad, y más allá de haber muerto, el paso del tiempo reforzó ese sentimiento.
Sólo quedaba una solución: aceptar su soledad, pero asegurándose que nadie más entrara a su vida, para así no volver a experimentar el dolor de otra pérdida.
Naruto salió de la ducha, caminó hasta su habitación y se puso el uniforme. Se fue a la cocina, preparó una leche con cereal y se la comió en silencio mientras miraba hacia la ventana. Estaba aún oscuro, y le esperaba una considerable caminata hasta su lugar de estudio.
— Bueno, ya me voy, hasta luego — dijo Naruto a la nada absoluta, cerrando la puerta a sus espaldas y tomando camino hacia la escuela.
Se fue caminando junto a la calle mientras iba oyendo música en sus audífonos. A mitad de camino escuchó como alguien atrás de él le estaba pitando. Se volteó a ver qué era lo que pasaba y reconoció de inmediato de quién se trataba.
— ¿Sasuke?
— Te llevo llamando hace varias calles y no me escuchas. ¿Qué demonios estás oyendo en esos audífonos?
— Ah, perdón, yo... disculpa, no me di cuenta.
— Vas a clase, ¿no?
— Claro, ¿no ves que tengo el uniforme?
— ¿Quieres que te lleve? Al final de cuentas vamos al mismo sitio.
— No hace falta, ya estamos cerca, ¿no?
— ¿Qué dices? — rió Sasuke, sacándose el casco de la cabeza — Desde acá hasta allá hay como 2 barrios de distancia. Vamos, no te hagas de rogar, tengo el caso ahí en la bolsa.
— ¿En serio no hay problema?
— ¿Por qué lo habría? Vamos, súbete.
Naruto lo pensó por un momento, pero finalmente accedió a la propuesta de Sasuke. Tomó asiento en la parte de atrás, se puso su casco, y sí, se agarró de la cintura del Uchiha.
— ¡Ah qué bien! Esta vez no tuve ni que decirlo — dijo Sasuke entre risas.
— Eres un imbécil — respondió Naruto, también riendo un poco.
En ese trayecto de esa calle hasta la secundaria Naruto se aferró con más fuerza a la cintura de Sasuke, casi que abrazándolo, así hasta que llegaron al parqueadero. Sasuke no dijo ni una sóla palabra, pues se sentía cómodo con el rubio allí. Sin embargo, la verdadera incomodidad estaba por llegar.
Mientras Sasuke y Naruto llegaban, de lejos venían caminando Ino, Sai y Sakura.
— Pero no, ósea, yo he hecho unos ramos, HERMOSOS en la tienda de papá. ¡Pero este tipo pidió el más corriente!, y era para una novia, qué horror — decía Ino, hablando de su trabajo y gesticulando de forma exagerada.
— No lo puedo creer, ¿qué le pasa a algunos hombres?, ¿es muy difícil darle algo bueno a su novia? — replicó Sakura, riéndose de la tacañería del hombre de la anécdota.
— Ay, pero hablando de los hombres, ¿ya viste al novio de Sakura? Yo sí me olía que tenía algo raro.
— ¿Qué? ¿Dónde está? — preguntó Sakura notablemente alterada.
— ¡Dios mío, sí! Mira, en el parqueadero. ¿Y ese quien es? — preguntó Ino, asombrada.
— Oye, pero tu novio tiene buen gusto, fea. Mira nada más al muchacho: morenito, delgado... ¡AAAAAA! No me lo creo, y además es rubio.
— No puede ser, es el tal Naruto, otra vez — dijo ella en sus pensamientos — Bueno, nos vemos en clases, tengo que hablar con Sasuke.
Sakura se fue caminando con prisa y notable enojo a donde estaba su novio con Naruto. Él estaba guardando el casco que le había prestado al rubio cuando de repente sintió un empujón por detrás.
— Sasuke Uchiha, ¿me vas a explicar qué demonios pasa acá?, porque esto no lo estoy entendiendo, ni a tí ni a la relación que tienes con este.
— ¡Hey, hey! Aguanta un poco, él y yo no no tenemos ninguna relación — dijo Naruto, algo apenado y sonrojado.
— Tú te callas rarito, esto es entre mi novio y yo — respondió Sakura, empujando a Naruto y poniéndose frente a Sasuke — A ver, ¿me puedes explicar qué hacías tú trayendo a este a clases?
— Pues lo acerqué. Él vive camino a acá, más cerca que yo, y lo vi por ahí caminando. ¿Qué, ahora tengo que darte explicaciones de lo que hago o dejo de hacer con mi maldita moto?
— Pues muy bien, muy amable, al parecer tu amigo no tiene piernas para seguir caminando. Pero está bien, lo trajiste. ¿Cómo explicas que tenga que venir abrazado a tu cintura como si fueran novios?
— ¿TE VAS A PONER CELOSA POR ESO? ¡No, ya está, definitivamente enloqueciste Sakura! ¿Cómo quieres que lo traiga entonces?, ¿lo amarro con cuerdas, lo meto en una bolsa o lo traigo arrastrado? ¿Te das cuenta que esta moto NO TIENE AGARRADERAS EN EL ASIENTO?
— A mí no me vas a gritar, Sasuke. Ten cuidado con cómo me estás tratando.
— Bueno, ya basta. ¿Tú crees que yo soy algún tipo de gay o qué? — exclamó Naruto, mostrando su molestia con la chica de pelo rosa — No me gusta Sasuke, jamás me va a gustar Sasuke. De hecho, jamás me va a gustar ningún hombre. Yo soy el que menos a gusto se siente abrazando así a Sasuke, pero él es quien me dice que me agarre así o me voy a caer.
— Ah bueno, ¿a él también le dices cómo agarrarse de tí? ¿Qué otra cosa le has dicho, cómo cogerte? — preguntó Sakura, mirando con molestia a su novio.
— ¡Me harté! — gritó Sasuke, haciendo que la chica de pelo rosa y el rubio se quedaran en silencio y con los ojos abiertos de par en par — Si tú vas a tener celos de como trato a mi mejor amigo es tu maldito problema. Yo no voy a estar con alguien que me diga qué puedo y no puedo hacer, porque para eso tengo a mi mamá y a mi papá. Así que si no te gusta y vas a seguir fastidiando la vida por estupideces como esas me lo dices ya y terminamos con esto.
Naruto se quedó en shock ante las palabras de Sasuke. No supo qué hacer y salió de allí sin decir ni una palabra. Sakura siguió molesta, y Sasuke se mostró asombrado al ver al rubio huyendo así.
— Hablaremos después de esto, Sasuke.
— Como quieras — respondió Sasuke, molesto con su novia, y tomando camino hacia donde había ido Naruto.
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Sálvame
FanfictionNaruto, quien fuera el mejor amigo de la infancia de Sasuke, regresa un día a la secundaria. Sin embargo el rubio ya no es el mismo que era hace 3 años, se ve más sombrío, apagado y lúgubre. A pesar de los intentos del Uchiha para volver a ver la so...