Sabanas

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-Venga que miedo ese pokemon -se asusto Luz-
-Ya lo creo, debería llamar a la oficial Jenny para venga por ese pokemon

Asentí y Hatterene leyó mis pensamientos rápidamente, se teletransporto donde ella y le dio el peor de los sustos mientras le robaba su teléfono celular.

- Hatterene, basta deja de jugar

Reír para entrar a casa con ella y subír todas las cosas a la habitación en la cual me estaba quedando.

-¡Eres todo un encanto! -la tome entre mis brazos- debiste ver su cara
-Serenity -entre a la habitación- No estuvo bien lo que hiciste -la cuestione- sabes que Hatterene puede ser peligrosa, ¡¡Pudo haberla matado!!
-¿¡De que hablas!? -la abrace mas fuerte-
-No te hagas -me acerque a ella- Se que eres realmente fuerte con tus pokemons y que el vínculo o lazo que los une es poderoso, tanto para que así puedan leer tu mente ¡PERO NO! -Grite-
-¡No me grites! -lo confronte-
-Te di a Hatterene para el Gimnasio no para jugar, ¡Debes ser responsable! Ya no tienes 12 años, eres casi una maestra es tipo psiquico
-Y soy responsable  -la guarde en su pokebola- Crees que en todo este tiempo le hecho daño a alguien? o ¿he utilizado mal a los pokemons que me das? 
-Sí

Su respuesta fue un tirón en la barriga, me dolió escuchar esa respuesta, tanto que estuve apunto de llorar.

-Vete
-No lo haré -me negue-
-Vete de la habitación Steven -le ordene abríendo la puerta- No quiero hablar contigo
-No me iré de acá -se nego-
-Muy bien, entonces me iré yo

Me canYa llevamos cuatro días en esta isla y con Claudia eran tres,

En nuestra estancia en la isla ya cumplianos cuatro días y con la pesada de Lucia en la casa tres, era realmente insoportable convivir con como ella en casa pero ¿Que podía hacer? Aún continuava molesta con Steven por más que me hubiera intentando hablar conmigo o traerme miles de regalos, no le iba hablar hasta que no pusiera un alto en la situación.

Aunque para ser honesta las noches en la isla eran realmente frías por más que tuviera muchas cobijas me hacía falta dormir con el, para sentir su calor y sentirme protegida.

-Luz disculpa, ¿Podrías prestarme otra cobija? -sonreí desde la puerta de su habitación- es que últimamente esta haciendo mucho frío en mi habitación y...
-Sí quieres puedes venir a dormir conmigo  -dije mientras me posaba tras ella- así estaremos más calentitos -bese su mejilla-
-Lu-lu-lu-luz -tartamudie entrando en panico- ¿Haz encontrado algo ya?

Pregunte mientras abría mía ojos como plato en señal de que Steven me estaba colocando la piel de gallina, lo cual fue un fracaso ya que parecía inmutarse de la situación.

-Creo que tengo más -respondio pensativa-
-Viste pequeña es una señal
- Madre a

Fue el primer pensamiento que se me vino a la mente, susuro esas palabras en mi oido y me tomo por la cadera pegándome a el, permitiéndome sentir algo entre mis piernas.

-Por favor Luz -me sonroje- Tiene que haber otra por ahí -suplique con mis ojos-
-Creo que he encontrado una -cerró el armario- Ten -me la entrego
-Muchas gracias y
-Mucha suerte con el frío -

Cerro la puerta de maldad en mi rostro dejándome a oscuras y a solas con Steven, el cual aprovecho la situación para salirse con la suya.

-¿Y bien? - la arrincone contra la puerta-
-Sa-sa-sabe tengo algo de sueño, si, ya es-es-hora de dormir

Levanto su mirada y pude observar sus enormes ojos azules, sus mejillas rosas, sus labios tan dulces como la miel los cuales apretaba con fuerza en señal de que estaba nerviosa, aun no podía creer que la pusiera así después de tantos años.

-Quédate conmigo -la pegue a mi cuerpo-
-Si tengo que ir a dormir

Pise su pie para subir al tercer piso donde estaba mi habitación pero pude percatarme que en la escaleras venia Lucía.

Aun con temor por el Steven coqueto comencé a bajar los pocos escalones que había subido pero por desgracia propece con la sabana cayendo.

-Serenity

Intente atraparla pero inútil para sabana me envolvió y ambos caímos al suelo uno sobre el otro.

-Vaya las viejas costumbres nunca se pierden -agrego Rodrigo quien venía con Lucia-
-Callate viejo -respondí adolorido- Ya no estoy tan joven como antes
-Vagame  Dios -Se acercó Lucia a Steven apagándome de el- necesita respiración boca a boca
-¿¡QUE!? -La observe mientras se acercaba a sus labios-
-Mi marido no necesita ninguna respiración boca a boca -me sente sobre el- así que apartate, el está muy bien, ¿O no Steven?
-Ah si es -respondí aun más adolorido- pero estaría mucho mejor si te sentaras en mi cara
-¿¡QUE!? -me avergüense-
-Eres un máquina hermanito

Me levante y comencé a organizar mi ropa, al segundo el imito mi acción y recogió todas mis cosas del suelo.

-Permiteme acompañarte -le sonríe-

Estuve a puntó de decirle que no, pero Luciaaaa aún seguía ahí y no me quedó de otra que aceptar su ayuda.

Subimos las escaleras y llegamos a la habitación en la cual me estaba quedando actualmente.

-Vaya es muy grande -coloque todo en la cama- más grande que mi habitación
-Así es  -respondí mientras me soltaba el cabello exasuta - y la cama es aún mejor
-¿Quieres que la pruebe contigo? -me acerque a ella-
-No estoy interesada -lo empuje con pie- en hombres fáciles como tu -guiñe mi ojo-
-No soy tan fácil como crees -tome su pierna y comencé a subir mi mano por ella-
-Ba-ba-ba-basta -me sonroje- apartece
-Quiero
-Steven, lo estoy esperamos afuera  -entro Lucia a mi habitación-
-¿¡QUE!?

Continuará...


Sr Stone 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora