Capítulo 9 y 10

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~capitulo 9:~
"El gato negro" "Yo te protejo"

~Pov Adrien~

Acababa de salir de la casa de Marinette, fue un día bastante agradable y lindo, en cierta forma ella me comprende y eso me gusta.
Me dirigía a mi casa, pero decidí quedarme un rato en el parque para disfrutar del momento.

Ya era de noche, me senté en una banca e incline mi cabeza hacia arriba para poder deleitarme con la luna y las estrellas mientras sentía el fuerte y frío viento pasar por mi cara.
Me quedé viendo fijamente la luna, aquella hermosa esfera brillante que iluminaba las calles de París, y después de un rato cerré los ojos, y me puse a pensar.

En ese momento, la nostalgia se apoderó de mí, y extrañamente, se me vino a la mente todo lo que pase antes de llegar a París, todas las veces que mi padre me oprimió, me denigró, me trató como un empleado más, pero sobre todo, se olvidó que yo era su hijo y me uso como una herramienta.
Pude sentir como las lágrimas empezaban a caer, me sentía roto. Lo que más me rompía, era saber que mi padre al principio no era así, el al principio me dio todo su amor, me cuido, me protegió y siempre estuvo para mí, para lo que yo necesitaba. Así era el, hasta... Que mamá cayó enferma.

Recordarme de mamá también me ponía muy mal, ¿Con un ser de tanto amor y luz podría enfermarse de algo Mortal repentinamente?, No lo entendía, o al menos no cuando era niño. Después, poco a poco entendí que las enfermedades atacan a cualquier tipo de persona, por más buena que sea, por más pura que sea, es algo que todos los seres humanos corremos el riesgo a adquirir, algunas más leves, y otras...
Empecé a sacudir mi cabeza con fuerza mientras me limpiaba las lágrimas, no quería pensar en mamá, al menos no ahora, recordar que la abandone en el momento más vulnerable me hacía sentir peor, sin embargo, tenía el consuelo df que al menos Félix se haría pasar por mi.

Respire hondo, y volví a ver a la luna, y otra vez una serie de pensamientos llegaron a mi mente, pero está vez, era diferente.
Recordé a Félix, como me ayudó todos estos años, como le puso límite a mi padre y a Audrey en ciertas ocasiones, como me defendía, como daba la cara por mi, a veces quisiera ser como el.
También recordé a Kagami, como siempre me ayudaba en mis quebrantos emocionales, como trataba la manera de hacerme reír, y de cómo me ayudó a escapar de Inglaterra, siempre le agradeceré.

Y por último, inexplicablemente, apareció Marinette, esa chica dulce, divertida, algo torpe con la que choque por casualidad en una boutique de París, y por si eso no fuera poco, que me topé varias veces en diferentes ocasiones como si estuviera destinado a ser su amigo, esa chica que siempre me hace reír y me ha acompañado en estos últimos días, esa chica que hace que mi soledad desaparezca, esa chica que ha alumbrado mi oscuridad desde que llegué a París.Tuve suerte de encontrarla...

Sumergido en miles de mis pensamientos, logré volver a la realidad cuando sentí que alguien me lamía la mano. Mi mirada se dirigió hacia abajo donde logré encontrar a un lindo gatito de color negro del cual resaltaba un par de ojos verdes. Cargue al gatito y lo empecé a acariciar, el pobre estaba temblando de frío.

- Así que tú también te encuentras solo - Le dije al minino mientras lo veía fijamente
En eso, sonreí torpemente, ¿Y si lo adoptó?

- Sabes gatito... - Susurré demasiado entusiasmado - ¡Creo que me hace falta un compañero de cuarto!, ¿Quieres ser el mío?- Aquel gatito contesto con un "Miau" mientras movía la cola como si me hubiera entendido.

- Jajaja, está decidido, te llevaste conmigo -
Cargue al gatito entre mis brazos, y empecé a caminar hacia la casa.
Los señores Dupain eran un amor de personas, dudaba mucho que rechazaran al gatito, además, los demás residentes de la casa también tienen mascotas.

☀️Eres el Sol que alumbra mí Oscuridad☀️ [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora