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No hay forma de explicarlo.

Miles no sabe cómo ocurrió.

En un minuto estaba tranquilo en la Sala de Morales esperando llegará, según el texto que mando este día su mamá no estaría en casa y no haría trabajo como El Merodeador así que podrían pasar tiempo juntos.

Ha estado viviendo tres meses en el universo 42, salvo a su padre sin que ningún arácnido del Spider-verso lo supiera, la Mancha sigue por ahí, pero en su estadía en el universo 42 ha estado creando prototipos con ayuda de Morales para detectar donde está.

No entiende como se hicieron y tampoco logra entender su mundo completamente.

Omegaverse, Morales lo nominó así.

Morales es un Alfa en este mundo, el punto de la cadena social, luego siguen los beta, quienes son muy pocos y casi no existen, y hasta el final están los omegas, lo que aparentemente le tocó ser.

Así que aún no entiende.

Así como no entiende como ha terminado en esta situación nuevamente.

Se supone solo hablarian, verían más sobre la máquina para viajar por multiversos, no venían a besarse.

Pero algo que ha entendido Miles en su tiempo aquí es que Morales no tiene sentido de lógica, a veces piensa antes de hacer las cosas y otras solo lo hace.

Ahora mismo debora su boca como si fuera la comida más deliciosa del mundo, mordiendo sus labios suavemente y mete su lengua en su boca. Los alfas son extraños, Miles jamás ha visto personas como los alfas. Morales por ser alfa tiene una espalda un poco más grande, sus piernas y brazos son un poco más anchos, no mucho solo unos centímetros más, y Miles quiere pensarlo, pero le da tanta vergüenza pensar en el pene de Morales.

— Abre más la boca — pidió Morales

Miles hizo lo pedido y lo hizo sin pestañar, Morales ahora si devoró más su boca, no dejando ni un solo hueco para que Miles pudiera respirar, acostándose encima suyo para obstruirle el paso y pegarse cada vez más causando tantos roces como fuera posible.

Morales goza de acariciar el cuerpo de Miles, es tan delgado que le gusta, no tiene curvas femeninas como otros omegas, no necesita tener una figura reloj de arena para atraerle y enloquecerle, solo necesita esas piernas delgadas y fuertes que le abrazan de la cintura ahora mismo y su marcado pecho para caer en sus encantos.

— No podemos hacer lo aquí — susurra Miles

— Nadie vendes, nadie viene aquí — asegura Morales

42 mira a 1610 con seguridad y 1610 lo mira con cara sería a no querer estar en la Sala.

Morales rueda los ojos, pero tiene una idea para hacer sufrir a Miles por lo pedido.

— Vayamos a mi cuarto entonces, por privacidad — murmuro

Toma a Miles de sus delgadas piernas y se lo lleva. Su sentido arácnido le dice algo va mal, no sabe que, pero va mal.

Miles mira a su alrededor intentando adivinar que pasa por la mente de Morales para evitarlo, pero el de trenzas sabe cómo piensa su propio yo así que decide distraerlo, con sus dientes levanta la camisa y encuentra la forma de meterse bajo ella y comenzar a morder sus pectorales.

Miles gime y estira una de ellas trenzas del otro intentando alejarlo de ahí.

Siente la fría pared golpear su espalda y a Morales succionar uno de sus pezones. Miles ya no siente las manos de Morales tomar sus piernas así que se aferra a su cuello y a su cintura con fuerza mientras siente su pantalón es desabotonado.

Multiversal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora