Luna

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La Luna brillaba en el cielo nocturno como una esfera plateada. Los poemas y las canciones la trataban con reverencia, pero para Pedro no era nada más que un objeto lejano y sin importancia.

Una noche, mientras paseaba por la calle, algo llamó su atención. La Luna parecía más grande de lo normal, y había un brillo extraño en su superficie. Pedro se detuvo y observó con asombro mientras la Luna empezaba a cambiar de color, pasando de plateada a un tono rojizo oscuro.

De repente, la Luna pareció desvanecerse, como si se estuviera desintegrando en el cielo. Pedro se quedó boquiabierto mientras la Luna desaparecía por completo.

Pasaron varios días y la Luna no volvía a aparecer en el cielo nocturno. La gente se preocupaba, y las teorías sobre lo que podría haber pasado se disparaban, desde un cometa que la había arrasado hasta la intervención de seres extraterrestres.

Finalmente, tras una semana de incertidumbre, la Luna volvió a aparecer en el cielo nocturno. Pedro miraba al cielo asombrado, preguntándose si lo que había visto era real o solo un sueño. Pero la Luna estaba allí, llena y brillante como siempre.

Desde ese día, Pedro empezó a mirar la Luna con nuevos ojos. Ya no era solo un objeto distante en el cielo, sino una presencia importante en su vida. Cada noche, se tomaba un momento para observarla con detalle y apreciar su belleza silenciosa.

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