desorientada; omar courtz

dos;

—Omar, deja de mirarme.—pero el tipo no parecía estar por la labor de hacerme caso, habíamos echado el mañanero y me tuve que bañar con algo de prisa porque el carro de la empresa vendría a recogerme en par de minutos.

—¿Y ahora?

—¿Ahora qué?

—No te me pierdas mucho.—susurró antes de volver a acurrucarse en la cama.

—Esto no fue na porque sigues siendo la misma porquería infiel.

—¿Tú no tienes jevo?

—Te detesto.

—Somos iguales, Moon.

—Yo te dije que no quería venir contigo, luego hiciste eso...—hice un gesto con mis manos que le hizo reír.

—¿El qué?

—Eso que tu haces, sabes de lo que hablo, no te hagas.

—¿Vas a dejarlo?.—negué con mi cabeza.Mi teléfono comenzó a sonar.—Él a ti si.—fruncí el ceño.

—¿Qué has hecho?.—comenzó a vestirse.—¿Qué puñetas hiciste , Omar ?

Toc toc.

Miré a Courtz, se movió tranquilo hasta la puerta del cuarto, maldije repetidas veces cuando vi a Jefnier parado frente a nosotros, miró a Omar y a mi.—Mierda.—susurré.

—¿Qué carajo significa esto?.—preguntó alterado, terminé de ponerme los tacos y fui a donde estaba.

—Baby.

—Dime.—respondieron al mismo tiempo.

—Papi.

—Indica.—le di una patada en la espinilla a Omar, ya que se creía tan chistoso.

—Esto no es lo qu...—me mostró una foto mía brincando sobre Omar, maldito seas mil veces Omar , no podía pensar en otra cosa.—Déjame explicarte.

—¿No era un cabrón?

—Mucho cuidado, Jefnier. No estés hablando así de él.

—¡Tu lo dijiste!

—Yo puedo hacerlo pero tú no, menos en presencia mía.

—Te jodió y volverá a hacerlo.

—¿Cómo sabes?

—Porque es lo único que se puede esperar de alguien que no respeta lo ajeno.

—Fuiste tu quien no respetó, papi. ¿No viste el osito que tiene tatuado? Yo lo dibujé.—sabía que Jef se estaba conteniendo porque era "lo correcto" ajá y lo más aburrido, de igual forma Omar seguía probando su paciencia.

—¿Cuánto tiempo más aceptarás las migajas de amor que quiere darte ah, eres una perra pa' andar recibiendo sobras nada más?

Retrocedí un poco al escuchar sus palabras, jamás me había hablado así y entendía que estaba molesto pero no justificaba que me hablara de esa forma, menos delante de Omar.

—Muñequito, cuidado.—su tono era completamente serio y ahí supe que estaba molesto, Omar tenía algo y era que podía soportar que le dijeran cualquier cosa pero sobre mi, no podías decir ni lo más mínimo y en momentos como este me gustaba y por otro lado me avergonzaba, se supone que elegí a Jef como pareja y en teoría yo era su adoración, eso presumo siempre y él sabe, el hecho de que no dejase de llamarme perra delante de mi ex novio me daba mucha vergüenza.

—Ya, Omar.

—¿Cuál ya? Te está faltando al respeto.

—¿Y es que ella me ha respetado mucho cuando andaba brincando y gimiendo como la cuero que es?.—desvié la mirada cuando sentí las lágrimas acumulándose en mis ojos, no quería llorar porque de alguna manera entendía su reacción pero me fue imposible evitarlo.