Cuando quieres que tu día sea fantástico, usualmente termina siendo ordinario. Ese día en particular estaba resultando bastante tedioso, iba tarde para mi clase de las 11 y debía entregar un ensayo. Después ir a la biblioteca por un libro para mi siguiente tarea, y también debía terminar de corregir una carta para otra materia.
Hacía viento y mi brillante idea de usar un vestido no había resultado tan buena después de todo. Varios compañeros me hicieron señales cuando pase cerca de ellos, pero debía llegar a mi clase para evitar un final.
Estaba a medio pasillo de mi clase cuando ella llamó mi atención, sobre todo por el golpe que me acababa de dar contra la puerta que recién se había abierto.
- Discúlpame, no te vi. Lo siento tanto. - se puso en cuclillas para ayudar a levantarme.
- No te preocupes.
Su olor a chocolate fue lo que llamó mi atención, ya de pie me di cuenta que sostenía una bolsa de papel que seguramente contenía los mencionados. Ella me ofreció de su contenido.
- Lo siento, no me gustan los caramelos.
- Oh, que pena, podríamos haber sido almas gemelas. - se echo a reír.
Su risa es una contagiosa, de las que te dan risa, bastante alta y chillona. Sacó un chocolate de la bolsa y lo llevó a la boca... fue una acción bastante simple pero asombrosa. Para ese momento ya me había olvidado de mi clase mirando su boca, como se movía alrededor del dulce para finalmente tragarlo y sonreírme.
- Me llamo Lysset, con "i griega".
- Andrea... ¿te parece vernos luego? debo de ir a mi clase en este segundo.
- Claro, estaré en la cafetería hasta la una, te espero.
Fue curiosa la forma en como ese día después de entregar mi ensayo, llegué a la cafetería solo para verla comer chocolate. Me senté frente a ella para no perderme ningún movimiento de sus labios, de sus ojos y de su nariz cuando se llevaba uno a la boca. Su cabello obscuro enmarcaba su rostro, no era delgada ni de rasgos perfectos... pero es una persona fascinante en muchos sentidos.
Ese tedioso día aprendí que come bastantes caramelos, de muchos tipos, pero nunca de menta. Que su color favorito es el verde, y que le gusta ver series de televisión, que ella se ríe por todo, que forma parte del grupo de debate y que es capaz de hacer que una explicación del sistema nervioso de los unicornios suene creíble.
Vive cerca de mi departamento, estudia literatura, ama los gatos y su sueño es escribir libros de amor real. La tarde que me explico su idea de amor real me dejo pensando que la idea de amor que tenía era muy sosa en comparación a la suya. El "amor real" de Lysset es sencillo y al mismo tiempo es el modelo que cualquier pareja trata pero nunca consigue seguir, un tema ambiguo que ella termina de explicar en 10 minutos con medio vaso de café frío.
Me dio su número de teléfono y se fue, tenía clase a la una y debía llegar temprano, se despidió con un beso, dejando su aroma a chocolate cerca por un momento.
La miré irse pensando en que cuando quieres que tu día sea ordinario, termina siendo todo lo contrario.
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Caramelos
RandomCuando conocí a Lysset solo deseaba ser cualquiera de los dulces que se llevaba a la boca.