Cuando recién despertamos me sentí bastante romántica, así que la besé. Lysset me respondió el beso de inmediato.
Estuvimos un rato abrazadas en el sillón, solo besándonos y mirándonos. Ella se movió un poco para alcanzar el control de la televisión, cambio de canal hasta encontrar el noticiero, la miré con sorpresa.
- La información es más valiosa que todo el dinero del planeta. - dijo.
No solo miraba las noticias por la mañana, sino que también escuchaba podcasts por la noche, antes de dormir. Leía el periódico cada dos días, porque no tenía tiempo de hacerlo diario, según ella. Era bastante interesante todo lo que ella sabía del mundo actual, como las crisis políticas y económicas que no todos encontraban interesantes, pero de su boca sonaba como algo genial.
Terminamos de ver el noticiero y decidimos desayunar, ella se ofreció a cocinar huevos revueltos y pan tostado con mermelada. Tenía un buen rato que no desayunaba decentemente, apreciaba bastante que ella estuviera aquí. Desayunamos mirando un canal de vídeos musicales, Lysset hacia chistes de los vídeos que aparecían.
Para fortuna nuestra era sábado, lo que significaba que teníamos toda la tarde. Vimos bastantes películas en Internet, jugamos al jenga un rato. Estuvimos besándonos y pedimos comida china a domicilio.
Mirabamos el noticiero de la tarde, acostadas en el sillón. Con ella era perfecto todo, cosas tan simples.
- ¿Sabías que "La guerra de los mundos" causo muchos suicidios? - mencionó de la nada.
Me reí fuerte, pues en la televión había una noticia de un avistamiento OVNI.
- No lo sabía, pero debió haber sido horrible pensar que eso realmente pasaba.
- Antes el radio era la única forma de comunicación eficiente.
Lysset sabía bastantes cosas de cultura general. De pronto se puso de pie y se puso los zapatos. Ya era un poco tarde y me confundió "¿pensaba irse?".
- Vamos al expendio, me faltan dulces. - dijo como si fuera lo más normal del mundo.
Caminamos fuera de mi departamento hacia la tienda de dulces, que quedaba a una cuadra, ella iba jugando a no pisar las grietas de la banqueta. Parecía una niña pequeña saltando de baldoza en baldoza.
- Cuidado con el agujero.
- Si, ya lo vi, Andy. - saltó la alcantarilla sin tapar.
Cuando llegamos a la tienda, empezó a agarrar bolsas de dulces, chocolates pequeños, gomitas de fruta, un paquete de barras de caramelo, unas paletas de tamarindo, y dos bolsas de gomitas rojas. Fue hacia la caja y saludo a la viejecita que atendía.
- Buenas noches, Sra. Amanda.
- Buenas noches, Lyss. Veo que es tu compra de inicio de semana. - sonrió mientras empezaba a pasar los dulces por el escaner.
La señora se me quedó mirando intrigada, pero con una sonrisa picará. Cosa que Lysset notó.
- Ella es Andrea, Sra. Amanda.
- Por fin conozco a tu novia, -le dijo- Lysset lleva hablando de ti un par de semanas.
Me sonrojé y mi corazón empezó a latir muy fuerte. Lysset pagó sus chucherías y caminamos de regreso a mi casa. En el trayecto abrió una de las bolsas rojas y me ofreció de su contenido: gomitas dulces cubiertas de chile.
Descubrí que estaba enamorada de ella, de todas esas pequeñas cosas que la hacían ella. Desde su ingesta inhumana de azúcar, hasta como sonreía, como cantaba, como comía. Así que decidí que debía de estar por siempre con ella, a como diera lugar.
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Caramelos
RandomCuando conocí a Lysset solo deseaba ser cualquiera de los dulces que se llevaba a la boca.