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Su vista estaba nublada, los recuerdos le giraban por la cabeza y los pensamientos de odio así su persona no paraban de atacarlo como si de balas se trataran.

No sabía cómo llego a estar sentado en una esquina oscura y empolvada ni como había empezado a romper a tirones una pieza de tela, pero ahí estaba. El patético de Mark Jones llorando en el piso de rabia intentando no gritar mientras rompía pedazo a pedazo la superficie aterciopelada de una de las cortinas de vivo color rojo del teatro.

¿Por qué era así? ¿Por qué intentaba ser una copia del resto? ¿Por qué las palabras de Eliza eran ciertas de algún modo y por qué dolían tanto? ¿Por qué sentía que su vida no tenía el más mínimo sentido en ese momento si era igual a los demás? ¿Por qué quería destacar siendo algo que no era? ¿Por qué le seguía la corriente a los demás y actuaba como un arlequín mientras lo otros eran la realeza a la que tenía que entretener?

La pregunta del por qué que siempre se hacía siempre volvía más fuerte y peor que antes, lo único que quería hacer era quedarse en esa esquina hasta que el mismo se llenara de polvo. Pero las voces que rebotaron repentinamente por las paredes hicieron que Mark volviera a la realidad, que no era mejor que sus pensamientos, para ser sinceros.

– ¿Qué debían cerrar la boca? – Mark no podía divisar bien a las otras dos figuras en el teatro. Pero sabía que la voz que acababa de hablar era Alex, y el chico no sonaba tan feliz en ese momento. – ¿Crees tener derecho a siquiera opinar sobre lo que acabo de pasar? Ni te esforzaste en hacer que Eliza se callara cuando se puso a soltar maldiciones a diestra y siniestra.

Mark empezó a prestarle mucha atención al asunto de inmediato, era raro ver a Alex enojado por algo, o mostrando cualquier emoción que no fuera aburrimiento absoluto. Y si Alex, que parecía una estatua casi todo el tiempo, empezaba a mostrar emoción por el asunto era algo serio que lo involucraba a él.

Camille también entro en una especie de trance por un momento, y tenía un poco de razón al estar asombrada. Nunca nadie habría imaginado a una persona como Alex mencionando palabras que no fueran "si", "no" o "no entendí". Pero el trance de Camille no duro mucho al parecer, pues recordó que debía contraatacar al comentario de Alex.

– ¿Qué yo no intente hacer nada? – "Al parecer es el día oficial del malhumor en todo el mundo" pensó Mark para sí mismo amargamente. – Eres un idiota, Harper. ¿Acaso no notaste que intentaba pararla? Eliza no puede parar de decir cosas hirientes si está molesta, o lo saca todo o se lo guarda todo para ella misma... Parece ser que hoy se cansó de guardar toda su ira para sí misma.

Alex soltó un bufido burlesco, como si las palabras de Camille fueran chistes malos que encontraras en internet. A Camille, obviamente esta reacción no le agrado nada, pues empezó a temblar de rabia y tenia los puños tan apretados que sus nudillos ya estaban blancos.

– ¿En serio Brunet? ¿Crees que con solo lanzarle una mala miradita y un sermón absurdo ella iba a parar? – Alex hablaba, Camille se notaba aún más molesta por la actitud del chico rubio y Mark solo podía escuchar sin hablar. – ¡Pues no! La viste, todos aquí la vimos, Eliza Lawless parecía una perra rabiosa.

– Como si tu fueras mejor persona –. Mark seguía admirando la escena entre sus dos amigos. La chica castaña estaba tratando no perder sus nervios y el rubio alto solo aparentaba verse intimidante. – En serio, ¿Qué clase de persona pregunta si alguien está llorando cuando es más que obvio?

– La dulce y amable Camille Brunet tenía que salir a la defensiva, ¿no es así? – Alex hablaba en un tono de lastima burlesca, como si le diera pena la situación de Camille en ese instante. – Siempre siendo capaz de proteger a los que quiere, pero no a ella misma. No importa cómo se sienta Eliza, no tiene derecho a comportarse como lo hizo ni de afirmar lo que dijo. ¿Y qué hiciste? Quedarte observando mientras te veías linda sin hacer nada mientras que Mark se derrumbaba como si de las torres gemelas se tratase.

– Si piensas que estaba poniendo la situación emocional de Eliza sobre la de Mark, estas muy equivocado, Harper.

Camille no pudo añadir nada más, pues Alex la interrumpió y empezó a actuar como la chica burlándose de ella, o mejor dicho, empezó a actuar como una imagen falsa de Camille que Mark nunca había visto en su vida.

– Mírenme, soy Camille y me gusta verme perfecta con mi cabello castaño flotando con el aire y mis ojos azules brillando con el sol. La vida es color de rosas y quiero mucho a las personas –. Alex cambio su tono de voz a uno mucho más agudo y molesto. – Pero si Mark fuera mi amigo me habría preocupado por el antes de que Eliza empezara a decir estupideces.

Mark sabía que ambos seguían con esa riña porque estaban molestos, y no iban a parar hasta herir al otro de una forma grotesca. Irónicamente, Alex estaba haciendo lo mismo que hizo Eliza antes de salir y esconderse en quien sabe dónde.

– ¿Qué vas a hacer? ¿Llorar? – Mark notaba como es que Alex se inclinaba para estar a la altura de la cara de Camille, y también notaba que Alex hacia esto intencionalmente para molestar mucho más a la chica. La diferencia de altura no era mucha, unos centímetros como máximo, pero Camille seguía con la mirada baja y con el cuerpo entero temblando. – Si quieres puedes irte de forma innecesariamente dramática como hizo Eliza también.

– ¿Para qué querría irme si puedo romperte la nariz en este mismo instante?

Alex soltó una corta risa entre labios.

– Hazlo, como si fueras capaz –. dijo despreocupado, como si se estuviera enfrentando a una hormiga y sabría que no le hará ningún tipo de daño – El mundo no está hecho para personas como tú que tienen la vida arreglada, el mundo no va a ser todo el tiempo rosas y arcoíris. ¡El mundo es una mierda y personas como tú no podrían salir sin quejarse de lo duro que es...!

Alex no pudo ni terminar bien la oración porque una muy cabreada Camille lo tiro al piso, dejándole muy en claro de lo que era capaz. Mark deseo haber reaccionado antes de que eso pasara, porque Camille empezó a jalar mechones del cabello de Alex con la intención de hacerlo pedacitos.

Mark se acercó lo más rápido que pudo, dejando sus problemas internos de lado, e intento separar a Camille de Alex. Agarro a la chica de la cintura, pero ella gritaba que la dejara en paz mientras que Alex también intentaba zafarse de Camille gritándole que parecía una puta loca.

– ¿Tú crees que soy una puta loca? ¡Pues al menos no soy el puto perro de todo el mundo en el salón! Al menos yo no tengo que seguir a los demás para sentirme alguien, al menos yo no tengo que fingir ser alguien más ante mis supuestos amigos, al menos a mí me gustan mis amigos... ¡Y al menos yo no finjo ser estúpida para encajar como tú!

Luego de unos cuantos forcejeos de parte de Mark e insultos de parte de Camille y Alex, todos lograron calmarse de a poco. De todas formas, ninguno de los dos dejaban de mandarse miradas cabreadas dejando muy en claro sus sentimientos hacia el otro. Luego de un momento de silencio, Mark decidió que era un buen momento para volver a abrir la boca.

– Ahora que están calmados, ¿por qué no vamos a buscar a Eliza y que nos explique todo lo que está pasando? 

ੈ✩‧₊˚Notas finalesੈ✩‧₊˚

El drama es mi gusto culposo, no lo puedo evitar. Es extrañamente satisfactorio.

¿Nuestros protas dejaran de meterse en dramas por una vez en la vida? ¿O será que su fabolosx escrtiorx los hará sufrir más y más?

No se olviden de apoyar a la historia :D

- Jem <3

Nothing left for usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora