Parte 2- La noche de invierno

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 Son tan cortas las palabras y tan larga la distancia, que dentro de un teléfono el tiempo se acorta y la vida se vuelve una.

Entre toda esa gente, estaba parada ahí, su postura era tan correcta y sus ojos difíciles de olvidar.

Yo, yo estaba perdida, hombres tras hombres, relaciones tras relaciones, necesitaba encontrar un punto fijo en mi vida. Momentos que no recuerdo se ahogaron en páginas que escribí en diario viejo, pero ese día, ese maldito día, la vi.

Se acercó lentamente como si de una presa me tratara, yo un indefenso conejo y ella un lobo que quería un objetivo, hacerme suya.

-Hola, que haces por aquí tan sola- Esas fueron las palabras que dieron inicio a una historia llena de locura, mi locura, un momento de cuerda y empecé a andar serenamente, pero si no hay quien gire la rueda de la caja musical esta se rompe.

-Unos tragos solos no se le niega a nadie

-Ja,ja,ja, ja segura que prefieres la soledad o mi compañía?

Mi pálpito se aceleró, su frase fue directa a lo que ella deseaba, unas palabras, unas conversaciones, datos de vida, historias cortas, estábamos dos chicas sentadas en un bar a medianoche hablando de un universo, el universo que creamos en ese instante.

Nos volvimos muy buenas conocidas, llamada entre llamada, salimos unas cuantas veces y todo fue bueno. Bueno, porque me negué a aceptar que era fantástico, pasar tiempo así, así con ella, pero aún no me sentía completa, no tenía placer.

¿El ser humano es tan egoísta que a veces solo piensa en uno mismo, pero a veces es necesario pensar solo en nosotros, egoísta? Tal vez un poco, pero todo por un bien. Recuerdo aquellos momentos donde fui una pequeña viendo vídeos sobre como aprender a sujetar cuerdas, no, no lo hacía con mala intención, aprendí poco a poco el arte del bondage y este me llevó a muchas cosas más, desde ese día no pare. Si un poco avaro, pero una avaricia controlada, suena como si tratara de justificar lo que hago, tal vez si o tal vez no, quién sabe.

Todas las ideas que tenía, que aprendí, todo, quería hacer todo con ella. Ella era tan inocente y tan calmada, pensé que me veía solo como una buena compañía, pero ese día fue distinto. Cogió mi mentón y dejó un suave beso en mi mejilla, cuando iba a retroceder la pegue hacia mí y la bese en los labios, se asustó, paro y me analizo de pies a cabeza, pero algo en sus ojos me decía que quería hacerlo de nuevo, fue así, se me apego, con dulzura rozó su pulgar por mi boca y me beso, fue tan largo el beso y tan corto el aliento. Al final solo se escuchó un clic, el clic de un sí.

Pero no sabía si era el sí para enseñarle mi mundo.

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⏰ Última actualización: Jun 16, 2023 ⏰

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